Bruselas solo ofrece matizaciones al acuerdo del Brexit ante la agonía de May
La UE observa impasible un descalabro político del Gobierno británico que podría abrir el camino para un aplazamiento de la salida de Reino Unido o para un segundo referéndum
Bruselas observa impasible el acelerón de la agonía política de la primera ministra británica, Theresa May, forzada este miércoles por su Parlamento a presentar un plan alternativo en solo 72 horas si su acuerdo de salida de la UE es rechazado por los diputados británicos en primera votación el próximo 15 de enero.
La Comisión Europea ha reiterado que el texto del acuerdo pactado el pasado 25 de noviembre es intocable. El organismo comunitario solo se muestra dispuesto a ofrecer aclaraciones sobre las partes que inquieten a los parlamentarios británicos. Pero el perentorio plazo fijado por el Parlamento complica aún más la posibilidad de que la ayuda de Bruselas resulte suficiente para que May construya un plan b.
"Como hemos dicho varias veces, las negociaciones entre la UE a 27 y Reino Unido se han acabado", ha señalado este miércoles el vicepresidente de la Comisión Europea Jirky Katainen. El vicepresidente ha insistido en que Londres solo puede esperar ciertas matizaciones, pero sin tocar ni una coma del texto ya cerrado. Katainen ha asegurado que Bruselas solo sopesa cómo pueden ayudar con garantías adicionales: "En otras palabras, interpretar lo que ha sido acordado".
Las desesperadas llamadas de May para pedir ayuda a los socios comunitarios no han dado de momento ningún resultado concreto. La primera ministra telefoneó el viernes al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para tantear el margen de reinterpretación del acuerdo de salida. Días antes, May también había cursado su petición en Berlín y París.
La Unión Europea, de momento, se aferra al texto pactado. Y aunque no se puede descartar alguna maniobra, los incentivos para hacer concesiones a Londres son muy limitados porque el creciente bloqueo en Westminster juega, paradójicamente, a favor de un aplazamiento del Brexit (previsto para el 29 de marzo) o, incluso, hacia su cancelación.
May esperaba contar con, al menos, tres semanas a partir de la primera votación para arrancar a los socios europeos alguna garantía adicional sobre las medidas previstas en el acuerdo de salida para evitar la aparición de una frontera entre las dos Irlandas después del Brexit.
El texto pactado por la UE con May contempla el mantenimiento de Reino Unido en la Unión Aduanera en caso de que tras el final del período transitorio del Brexit (diciembre de 2020) Bruselas y Londres no hubieran logrado un acuerdo comercial que garantice la libre circulación de mercancías entre Irlanda del Norte y la república de Irlanda.
Algunos diputados británicos temen que esa salvaguarda sin fecha de caducidad condene a Reino Unido a permanecer anclado de manera indefinida al club europeo. Los más drásticos proponen como alternativa un Brexit brutal, sin acuerdo, ni período transitorio ni salvaguarda para la frontera irlandesa.
Pero las votaciones de esta semana en el Parlamento británico han dejado claro que la mayoría de la Cámara se resiste a un Brexit duro y prefiere estrechar el cerco sobre May para que busque alternativas. El acelerón de los plazos aprobado por Westminster recorta el margen de maniobra de la primera ministra, lo que podría obligarla a solicitar a la UE una prórroga en el período de negociación de salida de la UE, que expira el 29 de marzo. Los británicos más eurófilos confían en que esa petición sea la antesala de un segundo referéndum o incluso de la cancelación del Brexit.
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