Trump, a un niño de siete años: “¿Aún crees en Santa Claus? Porque a los siete no es habitual, ¿verdad?”
El presidente de Estados Unidos participa junto a la primera dama, Melania Trump, en una ronda navideña de llamadas con niños
Sucedió en la ronda de llamadas que el presidente de Estados Unidos y su esposa, Donald y Melania Trump, mantuvieron con niños que contactaron con el Comando de Seguridad de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y Canadá (Norad), encargado en estas fechas navideñas de seguir en sus radares el recorrido de Santa Claus. Esta tradición, que comenzó en 1955, contó con la ayuda de más de 1.500 voluntarios, entre ellos los Trump, para informar a los niños de la ubicación exacta de Santa Claus. Sin embargo, el propósito se torció cuando Coleman, un menor de siete años, se puso al habla con Donald Trump. Este le dijo: “¿Todavía crees en Santa Claus? Porque a las siete no es habitual, ¿verdad? Diviértete".
La declaración de Trump provocó el revuelo en las redes sociales. Sin embargo, The New York Times aportó un nuevo punto de vista: "En caso de que te lo preguntes: el presidente tiene razón. Es, ciertamente, marginal a los siete años". El rotativo estadounidense asegura que diferentes estudios demuestran que los niños dejan de creer en Santa Claus a partir de los cinco. Según la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, esto sucede a los ocho años. Si fuera así, Trump arruinó a Coleman sus últimas Navidades como creyente en Santa. Lo que le dijo Coleman a Trump no es conocido.
Según el Norad, Santa Claus terminó su gira por el mundo bajo la estrecha vigilancia del ejército de Estados Unidos, que cada 24 de diciembre sigue los desplazamientos del famoso repartidor de regalos de traje rojo y barba blanca por todo el planeta, después de haber repartido más de 7.200 millones de regalos. A mediodía, hora peninsular española, su trineo se dirigía ya de regreso a su casa en el Polo Norte.
Este rastreo por parte del Norad se realiza desde 1955, después de que una publicidad de la cadena de grandes almacenes Sears pidiera en un diario local de Colorado llamar por teléfono a Papá Noel. El número indicado, supuestamente la línea directa con el famoso barbudo, era en realidad -en plena Guerra Fría- el del teléfono rojo del Norad. Desconcertado cuando se encontró al otro lado del teléfono con un joven que le preguntó si era Santa Claus, el oficial de servicio ese día, el coronel Harry Shoup, siguió el juego para no decepcionar al muchacho. Shoup dio después instrucciones a sus hombres de dar informaciones sobre la localización de Papá Noel y llamó incluso a una radio local para anunciar que había visto un objeto extraño en el cielo.
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