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Los ‘Ángeles del Infierno’ de Canadá exhiben su poderío en un evento con 500 participantes

Miembros del club de moteros, considerado el grupo criminal más destacado del país, participaron en un encuentro anual en Quebec. La banda controla la mayoría del mercado de la cocaína y la metanfetamina

Varios integrantes de la banda Hells Angels pasean por las calles de Port Dover, en Ontario (Canadá), el pasado julio.
Varios integrantes de la banda Hells Angels pasean por las calles de Port Dover, en Ontario (Canadá), el pasado julio.GEOFF ROBINS (AFP)

El pasado fin de semana, la población de Saint-Charles-sur-Richelieu (1.700 habitantes y a 50 kilómetros de Montreal) fue escenario de la reunión anual de los Hells Angels (Ángeles del infierno). Este club de moteros, fundado en California por veteranos de la Segunda Guerra Mundial, cumplió este año siete décadas de vida. Su presencia en suelo canadiense data de 1977 y, según los documentos en poder de la Policía Montada de Canadá, es el grupo criminal más importante del país, con presencia en todas sus provincias. Unos 500 miembros del club participaron en la reunión, la primera en Quebec desde hace 10 años.

La policía de Quebec informó de que la cita se llevó a cabo sin mayores incidentes. Los agentes policiales de la provincia francófona —con el apoyo de la Policía Montada de Canadá— instalaron puestos de control cerca del lugar del evento. Según el parte oficial, se impusieron 300 multas por violaciones al código de seguridad vial (circulación en áreas prohibidas así como no portar el casco obligatorio). Una sola persona fue detenida por amenazas a los agentes del orden. Muchos de los participantes llegaron al evento con sus tradicionales motocicletas, pero otros tantos decidieron viajar en automóvil o minibús.

Los Hells Angels controlan la mayoría del mercado de la cocaína y la metanfetamina en Canadá y participan en otras actividades como la extorsión o los fraudes por Internet

En una entrevista (poco habitual) al diario Le Journal de Montréal, miembros del club expresaron su descontento por la fuerte presencia policial. "Es una fiesta, una celebración. Es como la Navidad de los Hells Angels. No hay asuntos criminales detrás", expresó Frédéric Landry-Hétu, figura conocida de la organización. Las fuerzas del orden aprovecharon los puestos de control para actualizar sus fichas de información.

Los Hells Angels controlan la mayoría del mercado de la cocaína y la metanfetamina en Canadá. Desde hace dos décadas, abandonaron el cannabis, cuya producción, venta y consumo será legal en el país a partir del próximo 17 de octubre. La agrupación participa en otras actividades criminales (proxenetismo, extorsión, préstamos usureros, fraudes por internet). A esto hay que añadir sus esfuerzos en el lavado de dinero, ya que se ha detectado que cuenta con una amplia red de empresas con apariencia legal para este fin.

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En los últimos lustros, los Hells Angels se habían debilitado por dos razones. La primera fue motivada por una guerra contra otros grupos de moteros criminales (principalmente los Rock Machine) que entre 1994 y 2002 provocó 160 muertos. La segunda llegó tras el esfuerzo de las autoridades para frenar sus actividades. Redadas en varios puntos del país permitieron la incautación de drogas, dinero en metálico y armas. Sin embargo, el golpe más duro a los Hells Angels ocurrió en Quebec en abril de 2009. En el marco de la Operación SharQc, puesta en marcha por la policía de la provincia francófona, 156 miembros de la banda fueron detenidos. Cabe señalar que, a pesar de que algunos de los líderes más importantes permanecen entre rejas, muchos de los arrestados negociaron penas poco considerables y otros más fueron puestos en libertad porque sus procesos habrían sido sumamente largos.

La elección de Saint-Charles-sur-Richelieu como sede de la reunión anual de este grupo criminal no ha sido una coincidencia: la última en suelo quebequense había tenido lugar diez años atrás, antes de la Operación SharQc. "Es una demostración de fuerza. Quieren ser visibles", declaró Guy Lapointe, portavoz de la policía de Quebec, a Radio-Canadá. “No se sienten incómodos. Muestran sus colores especialmente desde hace uno o dos años”, agregó Lapointe. Durante los periodos más complicados para la banda, sus miembros dejaron de portar los característicos chalecos con parches para no levantar sospechas. Hoy el escenario es distinto.

Las opiniones de los expertos coinciden en varios medios: es difícil creer que el pasado fin de semana, los Hells Angels procedentes de todo el país únicamente se hayan deleitado con cerveza y carne a la parrilla; se trató también de un encuentro para abordar distintas actividades criminales. El famoso grupo de moteros retratado por la pluma de Hunter S. Thompson en los años sesenta es tema de actualidad en Canadá.

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