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“Tratamos con Reino Unido una salida al ‘caso Assange’. Es un problema para Ecuador”

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aborda en una entrevista los principales retos de su mandato y la situación regional, en la que señala la responsabilidad de Ortega en la represión en Nicaragua

Andrea Rizzi
El presidente de la República del Ecuador, Lenín Moreno, durante la entrevista.
El presidente de la República del Ecuador, Lenín Moreno, durante la entrevista.PACO PUENTES (EL PAIS)

Lenín Boltaire Moreno ganó la presidencia de Ecuador con el 51% de los votos en las elecciones de abril de 2017. Este político de 65 años fue entre 2007 y 2013 vicepresidente de Rafael Correa, quien impulsó su candidatura para que le sucediera antes de convertirse, en la actualidad, en el mayor adversario del mandatario. Moreno se ha distanciado de la política de su antecesor en muchos aspectos. Menos personalista, más moderado, ha reorientado la posición de Ecuador en la región, modificado la política económica y abandonado la confrontación de su predecesor con los medios. Afronta graves retos, desde la frágil situación económica hasta un panorama interno salpicado por muchos casos de corrupción y la gestión del venenoso caso de Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012. Desde marzo, Quito ha restringido las comunicaciones con el exterior de Assange por haber “incumplido el compromiso de no emitir mensajes que suponen una injerencia en relación a otros Estados”. Moreno ha concedido esta entrevista el jueves en Madrid, en el marco de un viaje en el que también visitó Reino Unido.

Pregunta (P). ¿Cuáles son sus planes en la gestión de la situación de Julian Assange? ¿Cuál es su objetivo?

Respuesta (R). Este viaje no tenía como objetivo esta cuestión. Tenía otros propósitos. El tema del señor Assange está siendo tratado con el Gobierno británico y entiendo que estamos estableciendo ya el contacto con la procuraduría jurídica del señor Assange para poder encontrar una salida, porque no corresponde al ejercicio del cumplimiento de los derechos humanos el que una persona permanezca durante tanto tiempo en calidad de asilado. El señor Assange está desde hace más de cinco años así y hay que encontrarle una salida. Una salida que defienda sus derechos, principalmente su derecho a la vida, y que al mismo tiempo le pueda dar al Ecuador la posibilidad de no tener lo que representa sin duda alguna un problema para nuestro país.

P. ¿Cuál sería su salida ideal?

R. La salida ideal sería conversar con el señor Assange y con su abogado con el fin de consultarles si él está dispuesto a aceptar las condiciones en las cuales el Reino Unido proporciona la posibilidad de una salida. Y si eso se da, nosotros entendemos que hay una pena que tendría que asumir por haber violado el principio de acudir a presentarse con regularidad ante las leyes británicas. Y luego de pasar eso, inmediatamente poder gozar de la posibilidad de ser extraditado a un país donde no corre ningún peligro.

P. Usted se ha reunido recientemente con el vicepresidente de EE UU, Mike Pence. ¿Ha recibido alguna petición al respecto de la Administración estadounidense?

R. Hemos tratado algunos grandes temas; comerciales, migratorios, de seguridad. En el tema de seguridad se nos ha ofrecido todo el apoyo para tener la tecnología y los elementos con los que cuentan los EE UU para combatir al narcoterrorismo y la protección de las fronteras. Con respecto a la migración, hemos manifestado nuestra preocupación por la protección de los derechos de nuestros hermanos migrantes que se encuentran en los EE UU. En aspectos comerciales, la posibilidad de volver a aceptarnos en la mesa de negociación para igualmente ver la posibilidad de tener un acuerdo comercial que sea de beneficio para ambas partes. Ha sido básicamente eso. Después por supuesto hemos tratado temas de política latinoamericana. En concreto la situación de Venezuela y de Nicaragua.

P. ¿En qué términos?

R. Nosotros hemos vuelto a ratificar que en la cuestión de Venezuela creemos que, con respecto al último proceso electoral, debería haber una consulta y así lo hemos planteado nosotros y hemos tenido el apoyo de algunos países. Una consulta que refrende esa voluntad popular. Nos preocupan varios aspectos de esas elecciones. Y sobre todo nos preocupan los derechos y bienestar del pueblo venezolano. Aproximadamente dos millones de venezolanos han salido de su país y nadie abandona la tierra amada por voluntad propia. Hay una crisis humanitaria a la cual hay que dar una solución. Y esa solución sin duda alguna debe venir del Gobierno de Venezuela y de la ayuda que pueden proporcionar los otros países.

P. Menciona usted la idea de celebrar una consulta en Venezuela. ¿Cree que es razonable pensar a estas alturas que se pueda celebrar un proceso electoral en Venezuela con garantías con Nicolás Maduro en el poder?

R. Nuestra propuesta de consulta no es aislada. Incluye por supuesto una muy amplia intervención y control del evento por parte de organismos internacionales.

P. ¿Cree usted que Venezuela es ahora mismo una democracia?

R. Hay diferentes formas de presencia de la democracia. No necesariamente como nosotros entendemos la democracia. Pero sí hay muchas deficiencias dentro de esa democracia.

P. Ha mencionado usted Nicaragua, otra grave crisis. ¿Considera aceptable la represión que existe en ese país?

R. De ninguna forma. La hemos reclamado. Igual que otros paises de la OEA, nos hemos manifestado en contra de esa represión. En contra de la intervención de grupos paramilitares que están cometiendo crímenes innombrables dentro de Nicaragua. Eso no puede ser aceptado bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, al igual que lo han hecho muchos países, apelamos a la sensibilidad de las partes para que puedan sentarse en una mesa de diálogo. En caso contrario, la democracia de ese tipo, como está planteada en Nicaragua, no es viable.

P. ¿No considera que es responsabilidad del presidente Ortega que se esté produciendo esa represión tan violenta?

R. Nunca la responsabilidad corresponde a una sola persona, pero sin duda la mayor responsabilidad recae en él.

P. En política exterior, usted ha reorientado la posición de su país con respecto a su antecesor, Rafael Correa. ¿Cuáles definiría ahora mismo como sus principales socios y aliados en la región?

R. Lo que pasa es que los socios y aliados responden a la necesidad que tengan los países en su relación mutua, pero en lo que a comercio se refiere, en lo que a democracia se refiere, sin duda alguna debemos refrescar nuestras relaciones y acercarnos de mejor y mayor manera a los países con los que tenemos una mayor relación comercial. Los EE UU, por ejemplo, son el país al cual el Ecuador más vende y más compra y creemos que esa relación debe sin duda alguna además de ser refrescada, mejorada.

P. ¿Fue un error la confrontación que puso en marcha su antecesor con EE UU?

R. Claro que sí. No se trata de distanciarse. Todo lo contrario. Los países del mundo necesitan acercarse, respetando las singularidades, las diferencias.

P. ¿Cómo definiría ahora la estrategia de Correa con respecto a la política interior?

R. La estrategia siempre fue la misma, complicar las cosas para generar una idea de que las cosas no marchan bien, tomar la bandera de la oposición y erigirse nuevamente como líder de la oposición del país. Una estrategia perversa, lastimosamente manejada desde el lado oscuro de la política. La política no es eso, es lealtad, es convencimiento de que las cosas pueden mejorar. La política es un ejercicio de verdad, de humildad.

P. Ecuador ha sufrido una fuerte ralentización económica. Ahora hay cierta perspectiva de repunte, pero la situación es compleja. Ha nombrado usted recientemente un ministro, Richard Martínez, en el área económica procedente del entorno empresarial. ¿Es el preludio de un giro más liberal en política económica?

R. Bueno, nosotros hemos dado otra tónica, otra característica, al tema económico porque continuar con un manejo que expandía el gato público como mecanismo para mejorar los índices económicos ya no tenía cabida. Ya habíamos gastado todo el dinero que teníamos, inclusive el expresidente había tomado dinero de todas las organizaciones e instituciones del país, empresas petroleras, eléctrica, el instituto de seguridad social, dinero del banco central, una deuda que se sextuplicó a pesar de haber tenido la mayor bonanza petrolera. Se gastó en exceso haciendo obras innecesarias, más de 600 inconclusas, llenas de corrupción. La verdad es que se dilapidó los dineros de los ecuatorianos y la gran oportunidad de haber encaminado el país para el desarrollo

P. Los sondeos muestran una caída del apoyo a su gestión en el último año. ¿A qué lo achaca?

R. las encuestas son situaciones contingenciales que hay que analizar desde varios puntos de vista. Para su información, últimamente ha repuntado. Pero me es indiferente. A veces las encuestas responden a la apreciación que tenga la ciudadanía con respecto a una decisión. Puede estar equivocada la decisión del gobernante, pero también la apreciación de la ciudadanía.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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