Detenido el colaborador de Macron que golpeó a manifestantes haciéndose pasar por policía
El Elíseo anuncia que Alexandre Benalla será despedido mientras continúa la tormenta política en torno a este caso
Alexandre Benalla, el colaborador de la Presidencia francesa que se hizo pasar por policía y golpeó a varios manifestantes el 1 de mayo, fue detenido este viernes. La noticia se conoció al mismo tiempo que el Elíseo anunciaba que había iniciado el proceso de despido del que fuera responsable de seguridad de Emmanuel Macron, decisión que sin embargo no ha conseguido amainar la tormenta política que ha causado un caso por el que la oposición exige también responsabilidades al más alto nivel del Gobierno.
Benalla, considerado muy próximo al mandatario ya que velaba por su seguridad desde los tiempos de la campaña electoral, permanece arrestado por “actos de violencia en grupo por parte de una persona encargada de una misión de servicio público, usurpación de funciones y porte ilegal de insignias reservadas a la autoridad pública”, informa Efe. La Fiscalía de París, que abrió el jueves una investigación preliminar poco después de que Le Monde desvelara la identidad de Benalla, de 26 años, como el hombre filmado mientras golpeaba a varios manifestantes durante las protestas del 1 de mayo, ataviado con un casco y un brazalete policial pese a ser un civil, también está acusado de “complicidad en apropiación indebida de imágenes procedentes de un sistema de videovigilancia”.
La crisis política estalló cuando se supo que, aunque el Gobierno conoció de los actos de Benalla en los días posteriores al 1 de mayo, no solo los silenció, sino que se limitó a una sanción considerada demasiado suave. El consejero, adjunto al jefe de gabinete de la Presidencia de la República y empleado como “responsable de misión” en el Elíseo, encargado de supervisar la seguridad del presidente, fue suspendido de empleo y sueldo durante dos semanas y, también, degradado a funciones administrativas. Sin embargo, tal como destacó la prensa francesa, se le pudo ver de nuevo en primera línea el pasado lunes, cuando acompañó a la selección nacional de fútbol en el autobús que los llevó a través de París hasta el Elíseo para ser recibida por Macron tras conquistar el Mundial de Rusia.
Primero el portavoz del Elíseo, Bruno Roger-Petit, y luego varios miembros del gabinete intentaron justificar a lo largo del jueves —en medio del muy criticado silencio de Macron, que también conocía los hechos— la sanción a Benalla, que calificaron como “la más grave” que se le podía aplicar por sus actos. Si bien el Elíseo le dio permiso para participar como “observador” en el despliegue policial del 1 de mayo, el joven se “sobrepasó” de manera “inadmisible”, reconocieron la víspera varios miembros del Gobierno del primer ministro, Édouard Philippe, que calificó las imágenes de Benalla arrastrando y golpeando a un manifestante después de pegar también a otra joven como “chocantes”.
El ministro del Interior, Gérard Collomb, anunció inmediatamente una investigación interna en la policía para averiguar cómo pudieron sucederse estos hechos, en vista de que Benalla actuó ante la mirada impasible de varios agentes.
Las medidas fueron sin embargo calificadas de insuficientes por una oposición que, prácticamente de forma unánime, criticó tanto la actuación de Benalla como la respuesta tardía del Gobierno.
La Asamblea Nacional anunció la apertura de una investigación parlamentaria para la que se espera que sea llamado a declarar Collomb la semana próxima. El líder de Génerations, Benoît Hamon, reclamó este viernes la dimisión del ministro del Interior por “haber disimulado deliberadamente” los hechos, lo que a juicio del excandidato presidencial socialista “le hace indigno de su función”. El líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, llegó a reclamar una moción de censura al Gobierno.
También ha sido detenido Vincent Crase, un gendarme en la reserva al que las imágenes muestran al lado de Benalla golpeando a manifestantes el 1 de mayo y que era empleado del partido de Macron, aunque él sí fue despedido tras saberse su participación en la manifestación. Interior ha informado además de que ha suspendido a tres policías, de acuerdo con Le Parisien; dos de ellos altos cargos, sospechosos de haber transmitido a Benalla las imágenes de las cámaras de videovigilancia que registraron los hechos del 1 de mayo.
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