_
_
_
_

La ONG Open Arms acusa a Libia de dejar morir a dos personas en el mar

El ministro del Interior, Matteo Salvini, acusa a la organización española de mentir y anuncia que no volverá a entrar en ningún puerto italiano

Restos de la embarcación con el cadáver de un niño y una mujer.Vídeo: PAU BARRENA (AFP) / REUTERS
Daniel Verdú
Más información
LIBYA-EU-MIGRANTS-RESCUE
El rescate, en imágenes

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha impuesto su política contra la inmigración en Italia y va camino de hacerlo en Europa. En tierra firme ya casi no tiene oposción. Y en el mar, donde en el mes de junio murió uno de cada siete migrantes que intentó cruzar el Mediterráneo, cada vez hay menos barcos que entorpezcan su estrategia de cero desembarcos. Por eso ayer volvió a la carga contra la ONG española Proactiva Open Arms, convertida en enemigo número 1, y aseguró en su cuenta de Twitter que “solo verá los puertos italianos en postal”. Poco después, la realidad, cuyas cifras están muy lejos de corresponder con la invasión que publicita Salvini, mandó una respuesta desde el mar.

Dos naves de la organización se encontraban en ese momento el Mediterráneo central para tratar de rescatar a los migrantes que cruzan estos días en una zona donde prácticamente ya no quedan otras embarcaciones que presten auxilio. “Que se ahorren dinero y tiempo, los puertos italianos los verán en postal", escribió Salvini, reforzado por el reciente éxito de su política de hechos consumados, que ha provocado la redistribución de los últimos migrantes llegados a Italia y que se basa en la supuesta efectividad de los equipos de rescate de Libia. Todavía no había visto el vídeo lanzado por la ONG a la que acusa de transportar “carne humana”.

El Astral, uno de los barcos de la ONG que dirige el catalán Óscar Camps, se topó minutos después con los restos de una embarcación de goma destruida por los supuestos guardacostas libios. Entre los pedazos de madera y plástico flotaba el cadáver de una mujer y un niño. Otra mujer, la única superviviente llevaba 48 horas a la deriva aferrada a uno de los trozos de madera. Según Proactiva Open Arms solo hay una explicación posible: los tres migrantes no quisieron acompañar a los guardacostas y estos, como represalia, les abandonaron después de destruir la embarcación en la que viajaban. “Quiero denunciar una omisión de socorro del barco mercante Triades, que ha abandonado a una embarcación en mitad de la noche, y de los autodenominados guardacostas libios, que llegan dos días tardes y abandonan a gente. Esta es la consecuencia directa de contratar milicias armadas para hacer creer al resto de Europa que Libia es un Estado seguro con una Guardia Costera capaz de hacerse cargo de esto. Esta es la consecuencia directa de no dejarnos trabajar en el Mediterráneo”, lanzó Camps apuntando directamente a Salvini.

A bordo de la nave, localizada en aguas internacionales a 80 kilómetros de Libia, también se encontraba Erasmo Palazzotto, un representante del partido italiano Libres e Iguales, que responsabiliza al Gobierno de Italia de lo sucedido. “Es responsable de los crímenes cometidos por lo que llama ‘Guardia Costera’. 48 horas antes había anunciado la interceptación de una barca con 158 personas a bordo, habiéndole prestado ayuda médica y humanitaria. Lástima que se olvidaron de decir que abandonaron a dos mujeres y a un niño de cuatro años a bordo y que han hundido la embarcación porque no querían subir a la lancha libia”, señala el político a EL PAÍS.

Salvini, sin embargo, niega las acusaciones y defiende a la Guardia Costera libia. Su política de puertos cerrados se basa en el presunto buen funcionamiento de los equipos de rescate del país africano y en la insólita idea de que Libia es un puerto seguro, tal y como exige el código marítimo para que los rescatados puedan ser trasladados ahí. Por ello, el Ministerio del Interior intenta mantener a salvo su credibilidad en una extraña defensa de otro país. "Son todo insultos y mentiras de alguna ONG extranjera que confirma que estamos en el camino correcto: reducir las partidas y los desembarcos significa reducir las muertes", ha señalado a través de Facebook. Además, Interior asegura que la denuncia de la ONG es una "fake news" y que presentará las pruebas que la desmontan en las próximas horas.

El Gobierno transalpino ha asimilado ya la política migratoria de la Liga y ha cerrado los puertos incluso a misiones militares. Da igual si las llegadas han caído un 80% respecto al año pasado y lo que han subido son las muertes (más de 1.000 en 2018). Salvini llegó a poner en duda la semana pasada que un barco de la Guardia Costera italiana pudiese atracar en un puerto italiano si los migrantes que viajaban a bordo no bajaban esposados. Una provocación que terminó encontrando la respuesta e intervención del presidente de la República, Sergio Mattarella. El escritor Roberto Saviano, convertido ya en el azote de Salvini, fue el primero en contestarle. "El ministro de la Mala Vida habla de 'mentiras' e 'insultos' sobre los muertos en el mar. Pero, ¿con qué cara? Confiese más bien cuánto placer le da ver morir a niños inocentes en el mar".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_