_
_
_
_

“No ganó ninguno, perdió la democracia”

Dudas, memes y batucadas: así vivió Mérida el último debate presidencial

Elías Camhaji
Simpatizantes de Morena ven el debate presidencial en Mérida.
Simpatizantes de Morena ven el debate presidencial en Mérida.Teresa de Miguel
Más información
La inevitable paz entre López Obrador y la élite empresarial
Elena Poniatowska: “Apenas esté en el poder, López Obrador va a contemporizar”
Asesinado un candidato a diputado tras salir de un debate electoral en Coahuila
La guerra sucia arrecia en la recta final de la campaña mexicana

El debate tardó, pero llegó finalmente a Mérida. El tedio y la falta de interés se desvanecieron en las horas previas al último cara a cara entre los candidatos a la presidencia de México. Fuegos artificiales iluminan el cielo de la ciudad a menos de una hora de haber terminado el encuentro. Aparecieron por fin batucadas panistas y priistas. Ondearon las banderas de Jaime Rodríguez Calderón El Bronco. Los seguidores de Andrés Manuel López Obrador aguantaron en el perímetro del Gran Museo del Mundo Maya por horas para ver de cerca al puntero en las encuestas. Los que ya decidieron a su favorito lo viven como una fiesta, aunque muchos yucatecos, como muchos mexicanos, siguen teniendo dudas con miras a las votaciones del próximo 1 de julio.

El caos vial, los letreros con cabezas gigantes de los candidatos y la guerra de arengas se concentraron en el norte de la ciudad, donde se realizó el debate. Pero el entusiasmo no alcanzó las calles del centro. Muchas de las cantinas de Mérida, un símbolo histórico de la capital de Yucatán, estaban desiertas, casi desangeladas. “No lo voy a ver, prefiero venirme a tomar que perder el tiempo con eso”, dice en tono jocoso Vladimir, a minutos de comenzar el debate y al filo de la barra de El Porvenir, uno de los pocos bares tradicionales con gente. Los aspirantes presidenciales perdieron la batalla en las pantallas del lugar frente a los videos musicales. Mientras se despachan las botellas de cerveza hay tiempo para reírse de política y de los políticos. “Todos son una bola de rateros, igual que el cantinero”, bromea Vladimir con sus amigos.

“¿Quién es el moderador? ¿Es yucateco?”, pregunta Carlos Albornoz, un conductor de Uber que sigue el debate por radio. Acaba de iniciar el primer bloque y Ricardo Anaya pide al periodista Carlos Puig que le deje terminar una idea. “¿Cómo va a contestar, si se la pasa interrumpiéndolo?”, cuestiona Albornoz. Apenas van 10 minutos, pero parece que este debate será como los anteriores: con muchos ataques y con pocas propuestas concretas, lamenta. “Me gusta lo que plantea Anaya, pero mi voto está con López Obrador porque se merece una oportunidad”, comenta.

A unas calles, 14 amigos se han reunido para seguir el debate. No lo ven por los canales de televisión, se engancharon al streaming por Internet. “Nos perdimos los primeros minutos, pero los memes me mantuvieron informada”, cuenta Gina, sin soltar el teléfono. Meade acusa a Anaya de estar implicado en un delito, él pone un ultimátum a López Obrador, El Bronco llama a sus contrincantes “la tercia maldita”, el líder de Morena hace caras y señala a sus perseguidores como “los padres del gasolinazo” y ellos, casi todos universitarios, no dejan pasar nada: “¡Uuuuh!”, “¡tsssss!”, “¡ay par favar!”.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

“De seguro Nuevo León es una potencia mundial”, ironiza Marianela sobre El Bronco. “No soporto a Ricky Riquín Canallín”, dice hastiada Silvia. “López Obrador siempre dice lo mismo”, insiste Karina. “Meade nomás no levanta”, bromea Rodrigo. También hay sorpresas genuinas, reconocimientos positivos y son especialmente críticos con sus aspirantes preferidos. Casi todos son apartidistas y apoyan en la elección local a la plataforma independiente Wikipolítica. La decisión es más complicada para la presidencial. El debate alcanza un pico de discusión durante el bloque de Educación, Ciencia y Tecnología, pero ya ha pasado casi una hora y media y conforme avanza el debate van perdiendo el interés.

“Como que no estoy entendiendo nada: No confío en Anaya, López Obrador cada vez me confunde más y Meade es el PRI, no puedo votar por él”, cuenta Mauricio, que con 18 años votará por primera vez. “¿Quién ganó el debate? Ninguno ganó, más bien perdió la democracia”, dice molesta Marianela. La mayoría de sus amigos concuerda: “No dan propuestas concretas, solo dicen cosas inalcanzables, prometen y prometen”. El tercer debate, el primero que se celebró en el sur del país y que admitió por primera vez preguntas de las redes sociales, les ha dejado más preguntas que respuestas a solo 19 días antes de conocer quién será el próximo presidente de México.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_