Y el árbol que plantaron Trump y Macron... ¿dónde está?
El roble que simboliza la larga alianza entre Francia y EE UU ha desaparecido de los jardines de la Casa Blanca. El embajador galo ha tenido que aclarar el motivo
Fue uno de los primeros actos simbólicos de la visita del presidente de Francia, Emmanuel Macron, al estadounidense Donald Trump. El pasado lunes, acompañados de sus esposas, todos impecables, plantaron un roble en los jardines de la Casa Blanca. El árbol, regalo del mandatario francés procedía de una zona boscosa en la que lucharon soldados estadounidenses en la Primera Guerra Mundial, en 1918. Pero días más tarde... el obsequio no está en su lugar.
¿Qué ha pasado con el árbol, que representa la relación de larga data entre ambos países? Ante las especulaciones suscitadas durante el fin de semana por el hueco vacío donde días antes se habían echado tierra sobre las raíces del roble, el embajador de Francia en Estados Unidos, Gérard Araud, ha tenido que dar explicaciones.
It is in quarantine which is mandatory for any living organism imported to the US. It will be replanted afterwards. https://t.co/XyJRKTgPWW
— Gérard Araud (@GerardAraud) April 29, 2018
En un escueto mensaje de Twitter, el diplomático explicó que el árbol se encontraba en cuarentena, una práctica "obligatoria para cualquier organismo vivo importado a Estados Unidos", señaló. Después el árbol volverá a ser replantado.
En el bosque francés del que procede el árbol, en Belleau cerca del río Marne, se produjo una batalla durante la Primera Guerra Mundial en verano de 1918, en la que murieron casi 2.000 soldados estadounidenses. Este año se cumplen 100 años.
Ante quienes cuestionaron si no había sido un poco tarde la cuarentena del árbol, puesto que ya había sido plantado, el embajador aclaró que durante la ceremonia en la que participaron los presidentes las raíces estaban envueltas en plástico, así que parece que no hay nada que temer, y el misterio ha quedado resulto.
La semana pasada otro acercamiento político se escenificó en torno a un árbol: el de las dos Coreas. El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente del Sur, Moon Jae-in, abonaron y regaron un pino, una especie que en ambos países se considera un símbolo de suerte. En una placa conmemorativa se podía leer: "Estamos plantando paz y prosperidad”.
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