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El misterio de Poligny: un bulo fabricado por escolares franceses

Un proyecto escolar en Francia demuestra lo fácil que es diseminar rumores en la era de Internet

En la ciudad de Poligny desde el 5 de febrero han aparecido guirnaldas de calzoncillos y bragas. Foto: Nicolas Turon
En la ciudad de Poligny desde el 5 de febrero han aparecido guirnaldas de calzoncillos y bragas. Foto: Nicolas TuronEL PAÍS
Silvia Ayuso

Durante dos semanas, la prensa francesa especuló sobre qué había tras el “misterio de las braguitas y calzoncillos de Poligny”, una ciudad en el centro-este del país donde, desde principios de febrero, por las mañanas aparecía colgada ropa interior en cuerdas de tender extendidas en las calles de esta ciudad de 4.000 habitantes. Unos creían ver una acción de protesta contra la construcción de un parque de atracciones. O un acto publicitario. Para otros, estaba relacionado con San Valentín. Y muchos más pensaron que se trataba de una simple broma. El caso es que nadie reivindicaba una acción que vecinos y prensa acabaron atribuyendo “a la banda de la ropa interior”. Y a medida que el misterio crecía, así lo hacía también su eco: de una noticia en la emisora local, la historia se propagó a medios nacionales. Hasta algunos periódicos extranjeros se hicieron eco del “misterio de Poligny”.

Un misterio que se acaba de desvelar. Y no es ni una broma ni una acción de protesta. Se trata de un proyecto escolar con el que se ha demostrado, a alumnos y a mayores, lo fácil que es hoy en día diseminar noticias falsas y rumores y la velocidad a la que estos se propagan.

Probablemente, la maestría de este experimento reside en su sencillez: porque en la era de las fake news, de las elaboradas estrategias tecnológicas con cuentas falsas en Twitter y Facebook y el uso de bots para multiplicar la difusión de mensajes interesados que intentaron influir en elecciones como las de Estados Unidos, en 2016, o en conflictos políticos como el de Cataluña, a los 18 alumnos de 13 años de la escuela privada de Notre Dame en Poligny les ha bastado un poco de imaginación, un mínimo de iniciativa y una pizca de organización para impulsar una cadena de rumores mucho más allá de las fronteras de su colegio o incluso de su ciudad.

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El proyecto fue idea de la profesora de francés y español de los alumnos, Laetitia Garrot, junto con Mi-Scène, una asociación local de teatro que realiza acciones de sensibilización con los jóvenes, y el artista Nicolas Turon.

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“La profesora vino a vernos para decirnos que quería trabajar sobre el tema de informaciones falsas, la manipulación de la información, porque había visto que muchos de sus alumnos veían cosas en Internet y se lo creían sin cuestionarse si era verdad o no. Para ellos, si estaba escrito, lo tomaban por bueno”, explica a EL PAÍS por teléfono Marie Gallardo, de Mi-Scène. “No nos imaginábamos todo este eco”, reconocía la maestra en la emisora local France-Bleu Besançon tras revelar la verdadera historia de las guirnaldas de ropa interior.

Tampoco Nicolas Turon, y eso que no es su primera acción para alertar sobre la facilidad de la manipulación de la información, imaginaba este resultado. “Lo único que hemos hecho con los alumnos es que no hemos hecho nada”, asegura el artista también por teléfono. “Colgamos diez bragas y calzoncillos. Creíamos que se quedaría en un rumor de ciudad pequeña, pero ha hecho el tour de Francia y el tour de Europa solo por contagio, por capilaridad mediática”, reconoce divertido. Pero en seguida se pone serio. “La historia de la ropa interior no es una fake news, pero se ha propagado como si fuera una fake news y eso ayuda a los alumnos a comprender mucho mejor cómo funciona Internet y cómo una historia así se puede propagar como un incendio y convertirse en algo falso”, señala.

“La próxima vez que vean una información, la van a cuestionar, van a tener el reflejo de preguntarse si es verdad o no y no serán solo espectadores de la información, sino que tendrán capacidad de discutir sobre ella”, acota Gallardo. Mientras la bola mediática crecía, los alumnos apuntaban minuciosamente todo lo que iba sucediendo. Les servirá para escribir una obra documental sobre el fenómeno de las informaciones falsas. “Casi tenemos demasiado material”, se ríe Turon.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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