Cinco policías iraníes mueren en enfrentamientos con miembros de una cofradía religiosa

Cinco policías han muerto y otros 30 resultaron heridos este lunes en un enfrentamiento con manifestantes pertenecientes a una cofradía religiosa en Teherán, según ha informado este martes un portavoz policial. Fuentes policiales indican que más de 300 personas fueron detenidas como consecuencia de los disturbios.

Un primer balance difundido el lunes daba cuenta de tres policías muertos durante las manifestaciones de miembros de la hermandad sufí de derviches Gonabadi en Teherán, que protestaban contra el arresto de varios de sus cofrades, según informaciones no confirmadas en las redes sociales.

Sus protestas degeneraron en enfrentamientos con la policía y las imágenes de la televisión estatal mostraban un autobús arrollando a un grupo de policías en el norte de la capital iraní, matando a tres de ellos. "Elementos perturbadores de la seguridad y el orden han empleado un autobús para matar a tres agentes de la policía. Los asesinos han sido detenidos segundos después de perpetrar el delito", aseguró el portavoz de la policía, Said Montazer al Mahdi, en declaraciones a la televisión pública iraní.

Otros vídeos, cuya autenticidad no se ha podido confirmar, mostraron a policías lanzando gas lacrimógeno para dispersar a los derviches y a otros manifestantes afines. La República Islámica considera a los sufíes una amenaza al orden político dominado por los chiíes y persigue a organizaciones como los Derviches de Gonabadi. En los últimos meses han sido detenidos varios integrantes de esta organización, según el Centro para los Derechos Humanos en Irán (CDHI), una ONG con sede en Nueva York.

El pasado 14 de enero diez sufíes resultaron heridos y tres fueron detenidos en la ciudad de Kowar, en la provincia de Fars, durante una manifestación pidiendo la libertad de los sufíes presos reprimidos por la policía, según el CDHI. Organizaciones extranjeras han acusado a Irán de perseguir los Derviches de Gonabadi en los últimos años, especialmente durante la presidencia de Mahmoud Ahmadinejad entre los años 2005 y 2013.

Por el momento, la autoridades no han vinculado este suceso con el estallido de una serie de protestas que empezaron el pasado 28 de diciembre en la ciudad de Mashhad, la segunda mayor de Irán, y se extendieron durante cerca de una semana a todo el país. Estos enfrentamientos, derivados de una caída en los estándares de vida y la situación de estancamiento económico, se saldaron con más de una veintena de muertes y más de 3.000 arrestados. El jefe de los Guardianes de la Revolución proclamó el día 3 de enero el fin de la “sedición” en Irán.