La reconstrucción de Irak pone a prueba el compromiso del Golfo con la estabilidad regional
Bagdad busca inversiones de 80.000 millones de euros en la conferencia internacional de Kuwait
Irak quiere cerrar los tres años de guerra contra el Estado Islámico (ISIS) y lanzar un ambicioso plan de reconstrucción que le permita reintegrarse en el marco regional. Con ese objetivo el Gobierno de Haider al Abadi va a buscar inversiones extranjeras por valor de 80.000 millones de euros en la Conferencia Internacional para la Reconstrucción de Irak que este lunes se inaugura en Kuwait. Más allá de los proyectos concretos, la cita constituye una prueba del compromiso de sus vecinos del Golfo Pérsico con la estabilidad del país y la región.
La Comisión Nacional de Inversiones ha publicado una lista con los 157 proyectos de infraestructuras para los que las autoridades iraquíes buscan financiación en Kuwait. En ellas se incluyen, desde el aeropuerto de Mosul o el metro de Bagdad, hasta 100.000 viviendas en las cuatro provincias más afectadas por la ocupación del ISIS, pasando por plantas petroquímicas, hospitales y escuelas. El ministro de Planificación, Salman al Jumaili, ha evaluado su coste en casi 100.000 millones de dólares (unos 80.000 millones de euros).
De acuerdo con el estudio que Irak ha elaborado con ayuda del Banco Mundial, los tres años de guerra contra el ISIS (2014-2017) han causado daños en las infraestructuras por valor de 33.500 millones de euros. Pero el objetivo ahora no es sólo reconstruir sino aprovechar para sentar las bases de un nuevo sistema económico que deje atrás la dependencia del petróleo y la planificación estatal. El país necesita rehacer su tejido industrial para facilitar trabajo a los jóvenes (dos tercios de sus 38,5 millones de habitantes tienen menos de 30 años) y acabar con décadas de sectarismo y violencia.
“La reconstrucción empieza con el capital humano; es necesario un nuevo contrato social y que se aborden las causas profundas del conflicto”, explica a EL PAÍS el embajador de la Unión Europea en Bagdad, Ramón Blecua. De ahí, las transformaciones políticas y económicas que quiere lanzar Al Abadi con el objetivo de reintegrar Irak en la región.
Giro en la misión contra el ISIS
Coincidiendo con la Conferencia Internacional para la Reconstrucción de Irak, Kuwait va a acoger mañana martes una reunión ministerial de los 74 países miembros de la Coalición contra el ISIS, a la que tiene previsto asistir el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.
"Se trata de tomar nota de la derrota territorial del ISIS y de seguir manteniendo la coalición para hacer frente a su ideología", explica un miembro de una delegación europea. De acuerdo con esta fuente, los participantes "van a dar un giro a la misión" para centrarse ahora en "conseguir la sostenibilidad del Ejército iraquí". El esfuerzo se centrará ahora en apoyar la formación de los soldados, una tarea en la España participa con 450 militares y 27 guardias civiles.
Sin embargo, los principales donantes han gastado mucho dinero en la estabilización de Irak y, desde que el país se reabriera a la inversión extranjera tras la intervención estadounidense de 2003, se ha convertido en el tercer exportador de petróleo con 4,4 millones de barriles diarios. Por eso, aunque el primer día va a dedicarse a los aspectos humanitarios y de cooperación, Kuwait no va a ser la habitual conferencia de donantes, sino que se ha enfocado en gran medida al sector privado. Del interés que despierta dan fe las 900 empresas que se han inscrito, un centenar de ellas estadounidenses y media docena de españolas.
Washington ya ha dicho que no va a contribuir con fondos, sino que va a animar al sector privado y a las petromonarquías. “Habrá que ver si Estados Unidos logra convencer a sus aliados árabes del Golfo; se trata de una cuestión geoestratégica”, señala otra fuente diplomática que considera esa apuesta esencial para la estabilidad de Irak y la región.
El papel de Riad y Teherán
El país clave es Arabia Saudí, que ya ha dado muestras de interés con su reciente participación en la Feria Internacional de Bagdad, después de 25 años de ausencia. Aunque se halla embarcado en su propio y complicado proceso de reforma interna, Riad ha visto una oportunidad de contrarrestar la presencia iraní en Irak. “Está trabajando para que Irak vuelva a ocupar su lugar en el mundo árabe y reducir la influencia de Teherán, que se ha arraigado desde el derribo de Sadam Husein en 2003”, ha escrito el comentarista Mustafa Saadoun.
La implicación de los vecinos de Irak es crucial para evitar que la rivalidad que enfrenta a Irán y Arabia Saudí bloquee la reintegración regional de aquel. Si los iraquíes, y muy en especialmente la comunidad suní que es mayoritaria en las zonas destruidas por la guerra contra el ISIS, no empiezan a ver avances concretos hacia la normalización, no sólo se correrá el riesgo de que reaparezca una nueva encarnación del ISIS sino que la inestabilidad se extenderá. De ahí la presencia en Kuwait junto al secretario general de la ONU, António Guterres, y representantes de 70 países, de tres comisarios europeos.
“La seguridad de Europa empieza en Irak; es clave para la estructura de seguridad y los equilibrios regionales que recupere la estabilidad”, resume el embajador Blecua. La UE, que durante los últimos tres años ha contribuido con 650 millones de euros a la asistencia humanitaria y el desarrollo, centra ahora su ayuda en la dimensión social de la reconstrucción.
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