“Yo respeto al presidente Trump”
Uno de los diplomáticos más veteranos en Washington defiende la lealtad a su país a pesar de las provocaciones de su actual presidente
En el momento de mayor zozobra de la política exterior norteamericana, constantemente agitada por las provocaciones de Donald Trump, un puñado de diplomáticos de carrera intenta mantener el rumbo de la primera potencia mundial. Thomas Shannon (Minneapolis, 1958) ha servido como alto funcionario de Exteriores bajo George W. Bush, Barack Obama y, ahora, Trump. Versado en las sutilezas de la política latinoamericana, llegó a Madrid precedido por la tormenta de los últimos comentarios incendiarios del presidente, que según un senador demócrata se refirió a Haití como “un país de mierda”, algo que el propio Trump negó en Twitter. Tras reunirse con representantes del Gobierno español, Shannon recibió a un grupo de periodistas en la embajada norteamericana en Madrid.
Pregunta. ¿Trató con el Gobierno español la amenaza de la injerencia rusa en Internet?
Respuesta. Compartimos nuestra experiencia sobre las actividades rusas en elecciones en Europa y sus intentos de aprovechar su capacidad cibernética para influenciar opiniones, y, más que nada, provocar confusión durante procesos democráticos.
P. Es un año crucial de elecciones en México, Brasil y Colombia. ¿Es también una preocupación para ustedes la injerencia rusa en esos países?
R. Ya lo hemos visto en EE UU. Es importante hablar públicamente de este problema y preparar a los países y a las poblaciones para este tipo de injerencia, porque lo que hemos aprendido en Europa, especialmente en Alemania y Francia, es que cuando las autoridades electorales, la prensa y el pueblo entienden lo que está pasando, el impacto de la intromisión es muy escaso.
P. ¿Prevé alguna represalia por la decisión del Gobierno norteamericano de obligar a registrarse a medios rusos como agentes extranjeros?
R. Los rusos han respondido haciendo recíprocamente lo mismo a algunas entidades de prensa estadounidenses en Rusia. La diferencia es que la necesidad de algunas entidades rusas de inscribirse como agente no afecta a la capacidad de estas organizaciones de hacer su trabajo. Rusia, sin embargo, ha prohibido la entrada a ciertas organizaciones de prensa norteamericanas a varios organismos del Estado.
P. Hubo una gran satisfacción por parte del Gobierno español con la visita del presidente Rajoy al presidente Trump en septiembre. ¿Hay algún plan de que Trump visite Madrid?
R. Las visitas generalmente son recíprocas. Nosotros estaríamos anticipando algo así.
P. ¿Le resulta cómodo trabajar con un presidente que sorprende con exabruptos como el de “países de mierda”?
R. El presidente acaba de mandar un tuit diciendo que él no usó esa expresión. Pero como oficial de carrera, yo he hecho un juramento de proteger y respetar la constitución de EE UU y las instituciones y procesos democráticos que presenta nuestra constitución, y parte del compromiso que existe en EE UU entre oficiales elegidos y diplomáticos de carrera y otros miembros del gobierno americano es que nosotros estamos comprometidos con respetar la voluntad del pueblo americano, expresada por las elecciones y por nuestras instituciones. Yo respeto la decisión del pueblo americano y respeto al presidente.
P. ¿No cree que palabras como esas tienen un efecto negativo en la imagen y en la política de EE UU, sobre todo en inmigración?
R. Si no he dicho esas palabras entonces no puedo responder a esa pregunta. Respecto a inmigración, hasta cierto punto va a haber una imagen de dureza, porque el presidente ha dejado claro que quiere revisar nuestras prácticas migratorias para entender su propósito y asegurar que están bien entendidas por el pueblo americano. En este sentido, yo creo que el presidente está en un debate necesario con el Congreso sobre el proceso de inmigración desde fuera de EE UU.
P. ¿Y cuáles son las prioridades actuales de EE UU en política exterior?
R. La elección del presidente Trump señala mucho más que el cambio de una administración, es parte de un proceso de cambios políticos en EE UU de gran trascendencia. Para nuestra política exterior quiere decir que el pueblo americano está pidiendo a sus líderes, sus Fuerzas Armadas y sus diplomáticos una explicación sobre nuestro propósito en el mundo y por qué actuamos como actuamos, lo que estamos tratando de ganar y hacer. Y hasta cierto punto, el presidente está tratando de construir una nación exterior que conteste a esas preguntas del pueblo americano.
P. Sobre Venezuela, ¿han avanzado en algo en sus reuniones con el Gobierno español?
R. Estamos coordinando nuestras acciones diplomáticas para crear una red de sanciones contra el Gobierno de Venezuela y, especialmente, contra personas o miembros del Gobierno que han participado en violencia contra el pueblo de Venezuela o contra el proceso democrático para facilitar las posibilidades de un diálogo entre el Gobierno y la oposición. Pero también tenemos mucho interés en el trabajo de España en aplicar sanciones dentro de la Unión Europea. España ha desempeñado un papel de líder en ese proceso y creo que es un papel muy, muy importante.
P. Se está celebrando ahora otra ronda de contactos en Santo Domingo entre Gobierno venezolano y oposición. ¿Creen que ese diálogo está yendo hacia algún sitio y qué otras opciones hay aparte de las sanciones?
R. El diálogo es algo muy complicado y difícil en este momento, más que nada por el comportamiento del Gobierno venezolano. Agradecemos mucho el trabajo de los facilitadores, especialmente el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Desde nuestro punto de vista, las sanciones son parte de la fuerza para convencer al Gobierno de que la salida de la crisis que sufre Venezuela hoy en día depende de una negociación exitosa.
P. Sobre cambio climático, hay una enorme preocupación en Europa sobre las medidas de Trump. Usted se ha manifestado claramente en el pasado a favor de medidas contra el cambio climático. ¿Está Estados Unidos igual de comprometido en este asunto ahora que hace un año?
R. Lo que hemos registrado hasta el momento es nuestra intención de salir del Acuerdo de París, más que nada porque, como el presidente ha explicado claramente, nosotros no queremos limitar nuestra actividad económica en un acuerdo multilateral, pero eso no afecta directamente a nuestro compromiso con el cambio climático.
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