Berlusconi afronta un nuevo caso judicial por comprar a un testigo

El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi (81 años) afronta un nuevo proceso judicial como sospechoso de haber comprado a un testigo, concretamente al pianista de la mansión de Arcore, cerca de Milán, en la que celebraba sus famosas fiestas. El empresario ha vuelto a la política y tiene la intención de participar a las próximas elecciones de primavera, aunque sea en segundo plano liderando la coalición de centroderecha con los xenófobos Matteo Salvini (Liga Norte) y Giorgia Meloni (Fratelli di Italia). Berlusconi se encuentra a la espera de una resolución del tribunal de Estrasburgo, que deberá pronunciarse sobre si levanta su inhabilitación para ejercer un cargo público, fruto un delito de fraude fiscal. La última audiencia se celebró el pasado día 22 de noviembre y hay pocas posibilidades de que llegue a tiempo una sentencia.

El magnate ha ido pasando por diversos pleitos relacionados con sus polémicas veladas, de los que hasta el momento ha salido indemne. Su cita con la justicia más inmediata, y conocida hasta ahora, debería comenzar en enero de 2018 en Milán, dentro del proceso Ruby ter (la menor con la que presuntamente mantuvo relaciones), en el que está acusado de sobornar a testigos, entre ellos numerosas mujeres que acudían a sus fiestas. Las jóvenes habrían recibido 10 millones de euros para mantener su silencio.

En el ámbito de esta última causa, los jueces de Milán decidieron este jueves que sea el tribunal de Siena el que juzgue también a Berlusconi por la compra del silencio del pianista Danilo Mariani, que tocaba aquellas noches en las que según él celebraba “cenas elegantes” y que para los investigadores eran más bien orgías. Se le acusa de inducirlo a ofrecer falso testimonio en un proceso anterior, conocido como 'caso Ruby'. Al exCavaliere se le imputaban delitos de prostitución infantil y abuso de poder, acusiaciones de las que fue absuelto por el Supremo.

De este polémico juicio surgieron otros dos fascículos: Ruby bis, en el que fueron condenados algunos de sus colaboradores por proxenetismo y el último, ‘Ruby ter’ que indaga sobre la compra de silencios de los participantes de aquellas cenas. En esta causa también se acusa a Berlusconi de haber comprado con dinero y regalos las declaraciones de las mujeres que suavizaron sus testimonios para no perjudicarle en juicios anteriores.