Dos policías heridos en un ataque yihadista en Túnez
Un individuo apuñaló a dos agentes apostados frente al Parlamento. Uno de ellos resultó herido de gravedad en el cuello.
Dos años después, la capital tunecina volvió este miércoles a ser escenario de un ataque de inspiración yihadista. Al igual que en el último atentado, el objetivo fueron las fuerzas de seguridad. A primera hora de la mañana, un individuo apuñaló sin mediar palabra a dos de los agentes que protegen el Parlamento del país. Uno de los policías padeció heridas superficiales en los ojos, y el otro, en la parte trasera del cuello. Este último, tras ser operado de urgencia, se halla ingresado en un hospital en estado crítico. El autor del atentado fue arrestado en el lugar de los hechos y, en el interrogatorio posterior, declaró ser partidario del movimiento yihadista desde hace tres años. Según las primeras pesquisas, el agresor no pertenecería a ningún grupo armado, sino que actuó por su cuenta.
Hasta el momento, el Ministerio del Interior no ha revelado la identidad del terrorista, pero sí ha informado a través de un comunicado que se trata de un joven nacido en 1992, originario de un suburbio de Túnez, la capital, y que es un licenciado en Informática desempleado. “Habló con calma y no mostró ningún remordimiento”, explicó a la agencia France Presse un agente que pertenece a la comisaría a la que fue trasladado el autor del atentado y que prefirió guardar el anonimato. "Nos dijo: Esta mañana, recé y decidí hacer algo para la yihad. Vi el policía delante de mí. Para mí, él es un tirano. E hice lo que hice", agregó.
El ataque tuvo lugar cerca del Museo Nacional del Bardo, donde en marzo del 2015 una célula terrorista asesinó a 21 personas, la mayoría turistas extranjeros. El Museo, que exhibe una de las colecciones más completas de mosaicos romanos de todo el mundo, es un edificio colindante con la Asamblea de Representantes. Tras el atentado, el presidente del Parlamento, Mohamed Ennaceur, hizo una llamada a "la solidaridad porque este peligro amenaza toda la sociedad y el país".
Tras la Revolución del 2011 y la caída de la dictadura de Ben Alí, varios movimientos extremistas se implantaron en el país magrebí, lo que facilitó que en los años sucesivos más de 3.000 tunecinos viajaran a zonas de conflicto, sobre todo Siria y Libia, para combatir con grupos yihadistas. En los últimos años, el propio país padeció numerosos atentados terroristas que se han cobrado la vida de un centenar de miembros de seguridad, además de decenas de turistas extranjeros. Varios de ellos fueron reivindicados por el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Sin embargo, desde marzo de 2016, no se ha producido ningún ataque terrorista de envergadura, un hecho que los expertos atribuyen a una mayor preparación de las unidades dedicadas a la lucha antiterrorista.
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