Las milicias kurdas quitan al ISIS el mayor yacimiento de petróleo de Siria
Los aliados de EE UU se adelantan al régimen en la batalla final contra los yihadistas en Deir Ezzor
Las fuerzas aliadas de Estados Unidos que acaban de capturar Raqa, la antigua capital de facto del Estado Islámico en Siria, se adelantaron este domingo a las tropas del régimen de Damasco al apoderarse del campo petrolífero de Al Omar, el mayor del país árabe, tras ser abandonado por los yihadistas en la provincia de Deir Ezzor. El anuncio de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza opositora dominada por las milicias kurdas, fue confirmado por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG que cuenta con una red de informadores sobre el terreno. El avance marca un giro en la batalla final contra el califato en la frontera este con Irak.
Los pozos de Al Omar llegaron a producir 30.000 barriles de crudo diarios antes de que estallara el conflicto sirio en marzo de 2011. La venta de hidrocarburos se convirtió a partir de 2014 en una de las principales fuentes de ingresos del ISIS, que recaudaba hasta cinco millones de dólares al mes hasta que los bombardeos aéreos de la coalición internacional encabezada por Washington arrasaron el yacimiento.
La rápida progresión de la alianza kurdo-árabe FDS aguas abajo del río Éufrates ha estado sostenida por la coalición internacional desde el aire y por fuerzas especiales norteamericanas sobre el terreno. Sus milicias se han estacionado a apenas tres kilómetros de las líneas del Ejército leal al presidente Bachar el Asad, que cuenta con apoyo de la aviación de combate rusa y que integra en sus filas a milicias chiíes amparadas por Irán.
Hasta ahora, la ofensiva contra el Estado Islámico de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo) y de sus socios árabes suníes se ha venido desarrollado en la orilla oriental del Éufrates, mientas las fuerzas del régimen han centrado su avance en la ribera occidental. A pesar de que EE UU y Rusia cuentan con mecanismos de contacto para prevenir enfrentamientos no deseados de sus respectivos socios, los incidentes entre ambos bandos se han sucedido en el noreste de Siria.
Al margen de pequeños reductos en el centro (Homs) y el oeste (Deraa) de Siria, los yihadistas están siendo acorralados en la desértica línea de separación con Irak en el valle del Éufrates. Sus combatientes —huidos después de la caída de Raqa o expulsados por el Ejército del 90% de los distritos de Deir Ezzor— se reagrupan en torno a la ciudad de Abu Kamal, cercana a la frontera.
Atrapados entre dos fuegos, los milicianos del Estado Islámico aprovecharon este domingo su repliegue del campo de petróleo de Al Omar para lanzar un contraataque sobre las tropas del régimen en Mayadín, 10 kilómetros al sureste. El Observatorio constató el avance de los yihadistas en los alrededores de esa ciudad, que les había sido arrebatada el día 15.
La acelerada desbandada del ISIS tras su derrota en Raqa está forzando un cambio de estrategia de las milicias kurdas para ampliar al máximo las conquistas territoriales. Las FDS buscan negociar desde una posición de fuerza con Damasco el reconocimiento de su autogobierno ante el fin de la guerra. Pese a ser consideradas insurgentes, las Unidades de Protección del Pueblo apenas han entrado en conflicto con las tropas gubernamentales.
El vuelco sufrido por los peshmergas en el vecino Kurdistán iraquí parece condicionar también los pasos del Partido de Unidad Democrática (PYD), brazo político de las unidades sirias. Consumado el repliegue de EE UU en el frente de Mosul, el Ejército de Bagdad ha obligado a retroceder a los kurdos del norte de Irak en territorios que controlaban —como Kirkuk, región rica en petróleo— sin contar con una indiscutible mayoría de población. El valle del Éufrates es una región suní.
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