Passos Coelho renuncia a volver a liderar a los conservadores tras el fracaso en las municipales
El ex primer ministro portugués no será cabeza de cartel del PSD en las legislativas de 2019
El líder del conservador PSD, el ex primer ministro portugués Pedro Passos Coelho, ha anunciado a la Comisión Política de su partido que no se presentará a las elecciones legislativas de 2019. Su renuncia se produce dos días después de las elecciones municipales, en las que el PSD cosechó unos malos resultados.
Aunque los políticos insisten —y el propio Passos Coelho lo dijo el domingo— en que una cosa son las elecciones municipales y otra las legislativas, que no pueden analizarse unas votaciones locales en clave nacional, lo cierto es que hay consecuencias. Passos Coelho se dio unos días para "reflexionar con ponderación", y este martes ha anunciado que él no será la cabeza de cartel del PSD en 2019. Con ello se precipita la carrera por la sucesión que, en principio, dirigirá él mismo con la intención de que le releve su exportavoz parlamentario Luis Montenegro, pero que ahora tras los malos resultados, se desboca y se abre a otros candidatos, como Rui Rio.
El desencadenante ha sido el bajón de votos del domingo, aunque en realidad solo perdieron ocho de las 106 alcaldías que tenían, menos de un 10%, frente al casi 30% de pérdida del PC (PSD perdió 3.000 votos y el PC 62.000). Sin embargo, el fracaso se ha personalizado en Passos Coelho por la elección para Lisboa de la candidata Teresa Leal Coelho, que fue relegada a la cuarta posición al conseguir solo el 11% de los votos, por detrás del ganador, el socialista Fernando Medina (42%), la revelación de la derecha, Assunção Cristas (20%) y el candidato comunista.
Tampoco estos resultados hubieran sido tan relevantes si sus dos años en la oposición no hubieran ido minando su crédito y el de su partido, con un discurso agorero contra el PS, anunciando todas las plagas sobre Portugal mientras los datos económicos y sociales le iban llevando la contraria.
Passos Coelho dirigió el país durante el último rescate financiero (han sido tres en 50 años), aplicando las exigencias de la troika, aunque la oposición le acusó de ir aún más allá en la reducción de subvenciones sociales y en el aumento de los impuestos.
Pese a un Gobierno bajo tales circunstancias, Passos Coelho consiguió ganar las elecciones legislativas de 2015, sacándole seis puntos de ventaja al partido socialista de António Costa. Su victoria cantada, sin embargo, no se tradujo en una mayoría gubernativa. Por primera vez en la historia democrática, PC y Bloco de Esquerda dieron el apoyo parlamentario necesario para que Costa gobernara en solitario con una serie de acuerdos, que se han ido cumpliendo a rajatabla.
El éxito de la fórmula dejó al PSD sin discurso político en la oposición, con un descenso continuo en las estimaciones de votos de los sondeos y, finalmente, con la decepción en las elecciones municipales del domingo.
Dos años después de aquellas históricas elecciones legislativas, el vencedor dimite, y el derrotado es visto como la última esperanza europea del socialismo.
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