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May tratará de desbloquear el Brexit con un discurso clave en Florencia

La primera ministra británica llega a Florencia este viernes para exponer su estrategia sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea

Pablo Guimón
La primera ministra británica, Theresa May, en la Asamblea General de la ONU el 20 de septiembre en Nueva York.
La primera ministra británica, Theresa May, en la Asamblea General de la ONU el 20 de septiembre en Nueva York. Kevin Hagen (AFP)

La hora de la verdad se aproxima para Theresa May. Han pasado casi seis meses desde que activó el artículo 50 del Tratado de Lisboa —una cuarta parte del tiempo que dispone para negociar el Brexit— y toca ya decidir qué tipo de relación futura quiere con la UE. Londres ha logrado superar las tres primeras rondas de negociaciones sin exponer su visión. No es que esconda hábilmente su jugada: es que no la tiene definida. O, más exactamente, no tiene una postura que suscite, en el Gobierno y en el partido conservador, el consenso que necesita una primera ministra que perdió su autoridad en las elecciones de junio.

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Así llega May este viernes a Florencia para pronunciar un discurso que promete ser la tercera gran exposición de su visión del Brexit, después del que pronunció en la Lancaster House londinense en enero y de la carta a la Comisión que, en marzo, activaba formalmente el proceso de salida. En el discurso, según un portavoz de Downing Street, la primera ministra “expondrá su ambiciosa visión para la futura relación de Reino Unido con la UE y recordará a los líderes la profunda responsabilidad que ambas partes tienen para que salga bien”. En román paladino: el objetivo es desbloquear unas negociaciones completamente atascadas en lo sustancial. 

Bruselas ha dejado claro que no empezará a negociar la relación futura hasta que se haya producido el “suficiente progreso” en los términos del divorcio. En Florencia —un escenario elegido, según Downing Street, “por su histórico poder comercial” y su importancia en la historia europea— la primera ministra tratará de convencer a sus todavía socios de que ese “suficiente progreso” está al alcance de la mano y que es hora de avanzar.

Lo decía el jueves Nick Timothy, mano derecha de May hasta que dimitió por el mal resultado electoral, reconvertido en columnista del Daily Telegraph: “El discurso de May tratará de romper el punto muerto y permitir a los negociadores discutir no solo la salida de Reino Unido de la UE sino la relación futura”. Y advertía: “Nadie debe esperar un desbloqueo inmediato. En público, los europeos se mostrarán ariscos. Esperen un briefing [explicación] negativo de la Comisión, sarcasmo de Guy Verhofstadt [el jefe de los Liberales en la Eurocámara] y una educada pero no positiva respuesta de Michel Barnier [negociador del lado comunitario] y Jean-Claude Juncker [presidente de la Comisión Europea]”.

Está previsto que May proponga un período transitorio de hasta dos años, para evitar un salto al vacío, en el que se mantendría a grandes rasgos el estatu quo después de que Reino Unido abandone formalmente la UE. También se espera que sugiera que está dispuesta a asumir una factura de divorcio de 20.000 millones de libras —sustancialmente menor a la que circula por Bruselas— durante esos dos años. No está previsto que lo diga expresamente, sino que garantice que no habrá agujero en el presupuesto comunitario en 2019 y 2020, y el agujero causado por el Brexit esos dos años, excluyendo los pagos que Reino Unido recibe de la UE, sería de esa cantidad. 

Guerra interna

El reto de May es doble: convencer a los Veintisiete y, a la vez, contentar a los dos bandos que libran una guerra, apenas ya disimulada, en su propio Gabinete. Existe un consenso en el Gobierno: Reino Unido debe abandonar el mercado único, ya que el precio de seguir dentro sería aceptar la libre circulación de personas y eso está fuera del debate después del referéndum. A partir de ahí unos, con el ministro de Economía, Philip Hammond, a la cabeza, defienden mantenerse lo más cerca posible al mercado único; otros, como el ministro de Exteriores, Boris Johnson, quieren una ruptura integral y un acuerdo comercial nuevo.

Hammond y Johnson trataron el jueves de escenificar una poco creíble unidad, saliendo juntos de la reunión de dos horas y media en Downing Street en la que May presentó a su Gobierno el borrador del discurso. Está previsto que ambos acompañen también este viernes en Florencia a la primera ministra. Pero hace solo seis días el ministro de Exteriores se la jugó a May, expresando su radical visión del Brexit en un artículo de prensa, apelando al sector duro con el congreso anual del partido a la vuelta de la esquina, y la semana ha sido una sucesión de especulaciones sobre dimisiones y peticiones de cabeza.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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