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YO ESTUVE ALLÍ | Gemma Vásquez, abogada gibraltareña

“Fue como un día de entierro”

La letrada afirma que el Peñón ya ha iniciado el proceso de "reinventarse" tras el 'Brexit'

Gemma Vásquez, abogada y expresidenta de los empresarios de Gibraltar.
Gemma Vásquez, abogada y expresidenta de los empresarios de Gibraltar.PACO PUENTES / JORGE GUERRERO (AFP)

Gemma Vásquez nació en 1982, un año feliz para Gibraltar. Nada más llegar al Gobierno, Felipe González decidió reabrir la verja que Franco había cerrado en 1969. “Las familias”, explica esta abogada que durante los últimos años ha representado a los pequeños y medianos empresarios de la colonia británica, “volvieron a juntarse después de 13 años en los que no se podían ni comunicar por teléfono. Para ir a España había que viajar primero a Marruecos o a otro país. Mi madre me cuenta que, al nacer un niño, lo llevaban a la verja para enseñárselo a los familiares. Los domingos por la tarde las familias enteras se acercaban allí para hablarse a gritos de un lado a otro”. Dice Vásquez que el fantasma del aislamiento se volvió a pasear por Gibraltar hace ahora un año: “El 24 de junio de 2016 fue uno de los peores días que yo recuerde. Me había quedado despierta toda la noche para ver el resultado del referéndum y cuando, a eso de las cinco de la madrugada, se supo que los británicos habían votado a favor de la salida de la Unión Europea, fue un shock muy grande. Yo creo que aquí, donde el 96% habíamos votado por quedarnos, nadie se lo esperaba. Ese día, cuando bajé a la calle principal, siempre tan animada, parecía que a todo el mundo se le había muerto un familiar. La gente paseaba en silencio. El Brexit en Gibraltar fue como un día de entierro”.

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Gemma Vásquez ya se ha recuperado del susto. Mientras sostiene en brazos a su hijo de pocas semanas, la abogada explica en gibraltareño —esa manera de hablar tan característica construida a base de un perfecto inglés, un español con acento de Cádiz y palabras de uno y otro idioma saltando alegremente la verja de la conversación— que recuperó el ánimo unas horas después. “Uno de mis clientes”, explica, “me llamó para decirme: ‘Ahora es cuando hay que invertir en Gibraltar’. Yo pensé: ‘¿Pero este no ha oído las noticias?’. Pero él me dijo: ‘Acuérdate de que en Gibraltar siempre nos hemos reinventado’. Y tenía razón. Un año después puedo decir que ya hemos empezado el proceso de reinventarnos. Los servicios financieros siguen creciendo y el GDP de nosotros [el producto interior bruto] no ha dejado de subir”.

Volviendo al verano pasado, la abogada gibraltareña —abuela paterna de La Línea de la Concepción, abuela materna de Malta— asegura que quienes más sintieron el triunfo del Brexit fueron los trabajadores españoles que cada día cruzan la verja. “Estaban más tristes que nadie”, recuerda, “porque temían que sus trabajos se viesen afectados. Hay que tener en cuenta que, de las 17.000 personas que forman la población laboral de Gibraltar, 7.000 son españoles que cruzan la frontera cada día. A esa cifra hay que unir a quienes trabajan en limpieza doméstica, que no suelen estar registrados. La vida aquí es muy distinta de como la pintan en Madrid. Los de un lado y otro nos llevamos estupendamente. La cuestión de la soberanía solo surge cuando el Gobierno español vuelve a sacar el tema. Aquí no hay discusión porque lo tenemos tan claro que en dos referendos ya hemos dicho que queremos seguir como estamos”. Gemma Vásquez se pone como ejemplo: “Viví en Gibraltar hasta los 18 años, que me fui a Londres y estudié cuatro años. Luego trabajé allí tres años y también durante seis meses en Madrid. De esa experiencia saqué una conclusión. No te puedes explicar de dónde eres hasta que no te vas de tu país. En Londres entendí que ingleses no somos y en Madrid que españoles no nos sentimos. Soy gibraltareña. Ni inglesa ni española”.

Admite la abogada que el Gobierno del Peñón debe combatir, con hechos y palabras, la mala imagen de Gibraltar: “El tema del contrabando de tabaco es bastante feo, pero creo que el resto forma parte del mito. La UE ya ha dejado claro que no somos un paraíso fiscal. Aquí vienen muchas empresas atraídas porque nuestros impuestos son muy bajos, del 10%, un modelo parecido al de Irlanda o Luxemburgo. No sé si usted ha intentando abrir una cuenta en un banco de Gibraltar. Aquí es más difícil que robar el banco. Nuestro Gobierno tiene que hacer una campaña de imagen para dejar claro que ni somos criminales ni somos piratas”.

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