Un cartel dirigido solo a los judíos de un apartotel suizo irrita a Israel
El Gobierno israelí pide explicaciones al embajador y exige un castigo a los responsables como medida disuasoria
Un cartel que pide solo a los judíos que se duchen antes de bañarse en la piscina de un apartotel de la estación alpina de Arosa, en Suiza, ha encendido los ánimos en Israel hasta el punto de derivar en queja formal del Gobiero ante el embajador suizo. El cartel en cuestión permaneció 24 horas en la puerta de vidrio de la zona común de la piscina en el apartotel Paradies del cantón de Los Grisones, pero la ola de protestas que provocó fue enorme, tal y como recogen varios medios locales e internacionales.
El texto, firmado por la conserje del edificio, Ruth T. y colocado el pasado sábado, decía: "A nuestros visitantes judíos, mujeres, hombres y niños, por favor dúchense antes y después de nadar. Si rompen las reglas, me veo obligada a cerrar la piscina". Una familia judía que había reservado un apartamento fotografió el cartel y lo envió al canal de televisión israelí Channel 2.
Aparentemente no fue el único mensaje dirigido exclusivamente a los huéspedes judíos, dado que en el congelador ubicado en una salita para el personal —donde los huéspedes podían guardar su propia comida "kosher" (permitida por el judaísmo)— había otro aviso para limitar su uso a unas horas determinadas durante la mañana y la tarde.
El Jerusalem Post y otros medios israelíes informaron de los carteles y la viceministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Hotovely, lo calificó como un "desagradable acto antisemita", al tiempo que pidió explicaciones al embajador suizo, que se castigue a los responsables como medida disuasoria y una condena formal por parte del Gobierno suizo.
En declaraciones al diario Blick, la conserje explicó que el apartotel tiene muchos turistas judíos y que le llamó la atención que algunos no se ducharan antes de meterse en la piscina, por lo que los propietarios del edificio le pidieron que hiciera algo y se le ocurrió escribir el cartel. Ruth T. admitió que tendría que haber dirigido el aviso a todos los huéspedes y no solo a los judíos, contra quienes, aclaró, no tiene nada.
No obstante, calificó de injustas las críticas por el mensaje en el congelador, al afirmar que la posibilidad de que los huéspedes guarden su propia comida kosher solo beneficia a los turistas judíos. El problema era que había bastante trasiego en la sala del personal y para que los trabajadores pudiesen comer y cenar con calma había puesto el cartel limitando los horarios de uso, explicó.
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