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Atentado Londres

“¡Voy a hacer daño!”, dijo el atacante de la mezquita la noche anterior

Darren Osborne, padre de cuatro hijos, fue echado de un pub por maldecir borracho a los musulmanes antes de atropellar a un grupo de personas en Finsbury Park

Pablo Guimón
Agentes de policía junto a la casa donde vivió Darren Osborne.
Agentes de policía junto a la casa donde vivió Darren Osborne.REBECCA NADEN

Su vecina Khadijh Sherazi, musulmana, asegura en The Guardian que nunca había tenido problemas con él hasta el pasado fin de semana. Pero el sábado 17 de junio, Darren Osborne se acercó a su hijo de 12 años, Nadeem, que estaba andando en bicicleta, y lo insultó.

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Osborne, de 47 años, se emborrachó esa noche a conciencia en el pub Hollybush, de Pentwyn, en el sur de Gales, donde había vivido los últimos años con su esposa y sus cuatro hijos. Se puso a maldecir a los musulmanes, según han declarado otros clientes del pub en la prensa local. “¡Voy a hacer daño!”, dijo, antes de ser expulsado del establecimiento.

Avanzada la noche, Edward Gardiner, un vecino, vio a un hombre dormido en el interior de una furgoneta blanca con rótulos de una empresa de alquiler de Cardiff, tumbado en los tres asientos delanteros. “Me acerqué a él. Solo refunfuñó, pero su aliento olía a alcohol”, asegura en The Guardian.

En algún momento del domingo, Osborne condujo la furgoneta 240 kilómetros hasta Londres. A medianoche se dirigió hacia la mezquita de Finsbury Park, en el norte de la capital.

Al enfilar la calle Seven Sisters, circuló por el carril bus. Varios musulmanes salían de realizar el rezo de medianoche del ramadán. Un grupo de personas rodeaba a Makram Ali, de 51 años, que acababa de desplomarse al suelo al salir de un centro comunitario musulmán cercano a la mezquita. Entonces Osborne dio un volantazo a la izquierda, se subió a la acera y arrolló con la furgoneta al grupo que atendía al hombre. Ali falleció en el lugar. Según su hija, que lo sujetaba en brazos, acababa de recuperar la conciencia cuando la furgoneta le pasó por encima de las piernas. Al menos otras nueve personas resultaron heridas.

Osborne salió de la furgoneta al grito, según diversos testigos, de “¡quiero matar musulmanes!”. Entonces varios viandantes furiosos se abalanzaron sobre él y se enzarzaron en una pelea. El imán Mohammed Mahmoud logró, con la ayuda de otras personas, evitar que se siguiera agrediendo al atacante. “Matadme, matadme”, repetía Osborne, “ya he hecho mi trabajo”. Llegó un furgón con varios agentes de policía que arrestaron a Osborne. Al entrar en el furgón, ya esposado, despidió moviendo una mano a la multitud a la que había intentado matar.

Osborne se crio en Weston-super-Mare, en la costa oeste inglesa, a poca distancia del sur de Gales. Allí vive aún su madre, que aseguró que su hijo llevaba “mucho tiempo afligido”. Los vecinos del lugar le recuerdan, en la prensa local, como un “peleón” que “perdía la cabeza” cuando bebía demasiado.

Vivió con su esposa, chef en un pub, y sus cuatro hijos en una casa de ladrillo rojo de Pentwyn. La pareja tenía una relación complicada, según los vecinos, que veían a menudo a Osborne gritarle a ella y a los niños en la calle. Llevaban un tiempo separados, y Osborne durmió una temporada en una tienda de campaña entre la casa y un campo de golf cercano.

No tenía trabajo conocido. No estaba bajo el radar de los servicios de inteligencia y no se han encontrado pruebas de que fuera un miembro activo de ninguna organización de extrema derecha. Pero, según publica The Guardian, tenía una cuenta de Twitter. No enviaba tuits, pero seguía a 32 usuarios, entre ellos, dos de los líderes del partido de extrema derecha Britain First. Su lema: “Restauraremos la cristiandad como la base y cimiento de nuestra vida nacional, como lo ha sido los últimos mil años”. Osborne, que sigue siendo interrogado por la policía, se enfrenta a los cargos de comisión, preparación o instigación de terrorismo, incluido homicidio e intento de homicidio.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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