La mitad de los civiles muertos en guerras fallecieron en Siria, Irak y Yemen
El Comité Internacional de la Cruz Roja critica el alto porcentaje de no combatientes que han perdido la vida en ofensivas militares de 2010 a 2015
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha llamado la atención este miércoles sobre las víctimas civiles de las guerras y hecho un llamamiento a frenar los conflictos en Siria, Irak y Yemen. Según un informe centrado en esos tres países, los civiles muertos entre 2010 y 2015 sumaron casi la mitad de las víctimas fatales en todos los enfrentamientos armados del mundo. Además, en las ofensivas en las ciudades, su número es cinco veces mayor que en otros conflictos, un aviso ante los asaltos finales que se anuncian tanto en Raqa (Siria) como en Mosul (Irak).
“Nuestras investigaciones indican que, durante los últimos tres años, las guerras urbanas causaron el 70 % de todas las muertes de civiles en Irak y Siria, un porcentaje escalofriante”, ha adelantado Robert Mardini, director regional del CICR para Oriente Próximo, en un comunicado difundido poco antes de la presentación del informe. “Esto ilustra el altísimo grado de destructividad que han alcanzado estos enfrentamientos”.
La investigación del CICR, titulada Vi morir a mi ciudad, se centra sobre todo en los problemas de Siria, Irak y Yemen, los tres grandes conflictos que desangran la región. También constituye un aviso de los peligros que acechan en la recta final para recuperar la ciudad siria de Raqa y la iraquí de Mosul del control del autodenominado Estado Islámico (ISIS).
“La situación se torna cada vez más alarmante a medida que se lanzan nuevas ofensivas en ciudades como Raqa, en Siria, o se intensifican las hostilidades en Mosul, en Irak”, señala Mardini que advierte de “una nueva escala de sufrimiento en las ciudades, escenarios en los que nadie ni nada se salva de la violencia”.
Y dado que, entre 2010 y 2015, el promedio anual en Irak, Siria y Yemen fue de 42.000 muertes relacionadas con esas guerras, un 47% de las aproximadamente 90.000 que se registraron en todos los conflictos del mundo, según datos de la Secretaría de la Declaración de Ginebra, el CICR teme que las cifras empeoren en los próximos meses.
La enorme destructividad de las guerras urbanas se debe, según explica el texto, a la forma en que se libran. En contra de lo que exige la legislación internacional, las partes armadas no distinguen entre objetivos militares e infraestructuras civiles o, lo que es peor, las utilizan o lanzan ataques directos contra ellas.
El informe se basa en los análisis preliminares de las tendencias y datos relativos a los enfrentamientos que han tenido lugar en Irak y Siria durante los últimos tres años. También incluye testimonios de residentes de las ciudades de Alepo (Siria), Mosul (Irak) y Taiz (Yemen), así como análisis de expertos, para ilustrar los efectos ocasionados por las tácticas de asedio, el uso de armas explosivas y los graves daños causados a las infraestructuras básicas.
Todo ello orientado a poner de relieve el grave sufrimiento que se ocasiona a las poblaciones civiles. Los conflictos en estos países, recuerda el texto, han dado lugar a niveles de desplazamiento interno y de migración nunca vistos desde la Segunda Guerra Mundial. Al menos 17 millones de iraquíes, sirios y yemeníes se han visto obligados a huir de sus hogares. Además, estos enfrentamientos amenazan con prolongarse si no se encuentran soluciones políticas sólidas lo antes posible.
“Las consecuencias de esta violencia se sentirán durante generaciones y existe el peligro, muy real por cierto, de que las ciudades que hoy experimentan estos conflictos funcionen como incubadoras de nuevas situaciones de violencia en el futuro”, alerta Mardini. “Los Estados que apoyan a las partes en los conflictos deben, además, hacer todos los esfuerzos posibles por refrenar a sus aliados y promover un mayor respeto del derecho internacional humanitario”.
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