Batallas emblemáticas por un escaño
El dirigente socialista Jean-Christophe Cambadélis, eliminado en la primera vuelta
Las elecciones legislativas que comenzaron este domingo y se acabarán de definir dentro de una semana en segunda vuelta suponen un gran reto para el presidente, Emmanuel Macron, que necesita una amplia mayoría en la Asamblea Nacional para poder aplicar su programa. Pero estos comicios están también plagados de pequeños y grandes desafíos que podrían cambiar drásticamente el mapa político tal como se dibujaba hasta ahora.
Manuel Valls, el poderoso político que lo podría perder todo
Fue primer ministro y se llegó a creer el próximo presidente de Francia. En vez de ello, Manuel Valls se ha visto obligado a luchar por su supervivencia política, marginado por el Partido Socialista en el que hizo toda su carrera y despreciado por La República en Marcha (LRM) de Macron con la que quiso apuntalarla. Valls (Barcelona, 1952) alcanzó uno de los momentos más bajos de su extensa carrera política el mes pasado, cuando el partido de su antiguo subordinado, Macron, rechazó de forma muy humillante su oferta de presentarse como candidato de LRM a las legislativas. Ese gesto además le valió la reprobación de los socialistas, ya dolidos por su negativa a apoyar en las presidenciales a su candidato, Benoît Hamon, que lo derrotó en las primarias. Herido, Valls decidió presentarse por su cuenta por Essonne por la que ha sido diputado desde 2002. Aunque, en un gesto supuestamente conciliador ni La República en Marcha ni los socialistas presentaron un candidato en la circunscripción de Valls, este afronta una dura batalla, aunque por el momento ha logrado superar la primera prueba, pasar a segunda vuelta, cosa que su rival socialista Hamon no ha conseguido.
Marie Sara, la rejoneadora de Macron
Marie Sara afronta el reto más grande desde que se retiró de las plazas hace una década. A petición expresa de Macron, la exrejoneadora francesa se presenta como candidata de LRM por la circunscripción del Gard, en el sureste francés. No es una localidad cualquiera. Marie Sara tiene la responsabilidad de intentar desbancar a uno de los dos únicos diputados que el Frente Nacional tuvo el último quinquenio, Gilbert Collard. Y no parece que le vaya mal. Sara ha logrado calificarse para la segunda vuelta, para la que ha quedado casi igualada con el diputado de extrema derecha. Marie Sara cumple los requisitos de Macron de ser una candidata nueva, procedente de la sociedad civil y, como plus, es mujer, lo que ayuda también a la promesa de paridad del presidente francés. Tampoco le perjudica haber hecho carrera, y con éxito, en un mundo tan masculino como el de los toros, además de ser muy popular en la localidad donde ha residido desde su juventud. "He aceptado la propuesta de Macron porque creo que es mi obligación involucrarme en un fenómeno político ilusionante y renovador. Creo en Macron”, explicaba Marie Sara a EL PAÍS tras conocerse su nominación, a mediados de mayo.
Jean-Christophe Cambadélis o la debacle socialista
La batalla por el distrito XIX de París se ha convertido en un reflejo del combate que se libra a nivel nacional. Jean-Christophe Cambadélis tiene 65 años y lleva toda la vida haciendo carrera en las filas del Partido Socialista, del que es su primer secretario. Un apparatchik en toda regla que, tras su eliminación en la primera vuelta de las legislativas, tiembla por su futuro político, además del de su partido. El reto que ha supuesto para las formaciones tradicionales francesas la llegada de Macron y su movimiento En Marcha! lo ha sufrido, en sus propias carnes, Cambadélis. Su principal rival en las legislativas era un novato al que casi dobla la edad. Pese a ello, Mounir Mahjoubi ya ha logrado varios hitos. Este hijo de inmigrantes marroquíes es, a sus 33 años, el miembro más joven del Gabinete de Macron. Si no logra ser elegido, cosa improbable en vista de los primeros resultados, deberá renunciar al gobierno, pero tendría pese a ello un largo futuro en la política. Para Cambadélis, las perspectivas no están tan claras. Según anunció el propio Cambadélis, la debacle del partido, que ha obtenido los resultados más bajos de su historia, se confirmaba también en su persona, al quedar fuera de la segunda vuelta. Está por ver si, en estas condiciones, seguirá al frente del PS en estas horas bajas.
Marine Le Pen, ¿su última oportunidad?
Marine Le Pen votó a las 11.00 en punto en su feudo, Hénin-Beaumont, en el noroeste del país. Puede que por casualidad, o superstición. Al fin y al cabo, en las presidenciales en las que resultó derrotada en segunda vuelta votó en el mismo local a la misma hora y logró el mayor apoyo de toda Francia, 61,5% de los votos. Un respaldo que necesita ahora más que nunca. Al contrario que su padre y fundador del movimiento de extrema derecha, Jean-Marie Le Pen, la hoy líder del Frente Nacional nunca consiguió entrar en la Asamblea Nacional. Pese a las cifras récord que logró en las presidenciales, 33,9% de votos en la segunda vuelta, el resultado fue decepcionante para una formación que se veía ya como la gran fuerza de la ultraderecha en Francia y en Europa, aupada por la ola del Brexit y de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. El FN quería pasar de los dos diputados que tuvo en el último quinquenio a al menos 15, lo que le permitiría formar grupo parlamentario. Los resultados preliminares le daban menos escaños, aunque sí ponían a Le Pen en cabeza para la segunda vuelta. Estar al menos al frente de sus diputados es para Le Pen una condición indispensable para evitar más cuestionamientos a su liderazgo en el partido.
Jean-Luc Mélenchon, la fuerza de la izquierda
Jean-Luc Mélenchon eligió cuidadosamente el lugar de aterrizaje para su operación de “paracaidismo” político, esa táctica francesa de presentarse por una circunscripción donde se tienen altas posibilidades de ser votado. El lugar seleccionado está en Marsella, una de las ciudades donde logró más votos. El excandidato presidencial no quiere dejar nada al azar. Su objetivo, tras la decepción de no superar la primera vuelta de las presidenciales, es convertirse en diputado y, sobre todo, en la gran voz de la oposición de la izquierda. Tanto en el hemiciclo como en las calles, donde prevé fuertes protestas por el programa “para la oligarquía” de Macron, al que acusa de pretender perpetrar “un golpe de Estado social”. Nadie en Francia Insumisa quiere hablar de qué pasará si sus candidatos, presentados en casi todas las circunscripciones del país, no pasan a la segunda vuelta. ¿Apoyarán a otro para frenar, eventualmente, al Frente Nacional? Los primeros resultados confirmaban un índice de voto de alrededor de 11%, bastante por debajo del 19,22% que logró Mélenchon en las presidenciales. El diputado socialista Patrick Mennucci reconoció su eliminación para una segunda vuelta en la que sí estará Mélenchon, que ha prometido dar batalla hasta el final.
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