Alemania aprueba una reforma constitucional que reorganiza las finanzas de los estados
El Estado central asume mayor carga financiera y mayor capacidad de decisión en las políticas regionales, para acabar con las protestas de las regiones más ricas
El Gobierno alemán ha sacado adelante una reforma constitucional, la mayor de esta legislatura, por la que reorganiza el reparto financiero entre los länder (las regiones) y el Estado alemán. El nuevo marco legal supone un giro centralizador y pretende acabar con las históricas protestas de los Estados más ricos, cada vez más reacios a solidarizarse con los más pobres. El Estado asumirá ahora esa carga financiera y también más poder de decisión sobre las políticas regionales. Tras años de negociaciones muy técnicas y complejas, las dos cámaras han votado a favor de un proyecto que cuenta con el consenso de los dos grandes partidos que forman la coalición de Gobierno alemana y sobre todo de los Estados federados.
En total, el Estado alemán transferirá a los länder 9.700 millones de euros a partir de 2020, justo cuando acaba el sistema ideado tras la reunificación para tratar de igualar la riqueza de las regiones y sobre todo del Este y el Oeste de Alemania.
“Queremos que con este sistema todos los ciudadanos alemanes puedan vivir igual, independientemente de dónde vivan; que ninguna región se quede atrás”, dijo Thomas Oppermann, jefe del grupo parlamentario socialdemócrata durante su intervención en el debate del Bundestag (Parlamento) el jueves. El viernes, el texto ha superado la mayoría necesaria en el Bundesrat, la Cámara de representación de los Estados federados.
Por tratarse de una reforma de la Constitución, ha sido necesaria una mayoría de dos tercios tanto en el Bundestag, así como en el Bundesrat. A pesar de tratarse de una negociación de competencias y de transferencia de recursos entre el Estado y los länder, las negociaciones no se han visto en ningún momento teñidas por argumentos nacionalistas. Se trataba de buscar una fórmula de financiación más eficiente y en la que cada Estado ha peleado por su parte del pastel desde el pragmatismo.
Escuelas y autopistas
La idea es que a partir de ahora sea el Estado central, y no los länder, el que trasvase fondos a los Estados federados más necesitados. En la práctica, supondrá un alivio de la carga financiera para los estados más ricos como Baviera o Baden-Wüttemberg, que protestan porque no quieren financiar a los más pobres. A cambio, el Estado alemán podrá a partir de ahora invertir en materia educativa —antes terreno exclusivo de los länder—, asume el control de las autopistas y amplía sus competencias también en la administración de los impuestos. Modernizar las infraestructuras educativas e invertir en digitalización o mejorar el estado de las carreteras son dos de los temas que preocupan a los ciudadanos y que se han colado en el debate electoral, con vistas a las legislativas de septiembre.
El resultado, sin embargo, no ha contentado a todos. 87 parlamentarios votaron en contra y 61 se abstuvieron en el Bundestag. Algunos consideran que la reforma abría la puerta a la privatización de las autopistas; algo que acabó por caer en las versiones finales. Otros simplemente no están de acuerdo con el reparto. “No es una distribución justa. Baviera sale muy beneficiada solo porque allí gobierna el partido hermano del partido del Gobierno. Es un estado rico, no lo necesita”, argumenta por teléfono Hans Eichel, exministro de Economía que discrepa de la posición de su partido, el socialdemócrata SPD. “Es posible que el nuevo sistema acabe con las peleas entre estados para ver quién paga más a quién, pero también es un mal ejemplo para el resto de Europa. No podemos pedir solidaridad entre los Estados Miembros y no reconocerla para nuestros Estados federados”, añade Eichel.
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