España, laboratorio migratorio de Europa
Este es un viaje por Melilla, Tarifa y Dakar (Senegal), tres ciudades que encarnan los tres pilares de la política migratoria española. Algunos aspectos, como las vallas o los acuerdos de repatriación con países africanos, han sido adoptados por otros países de la UE
Saliiiidaaaa! ¡Máaaalagaaa!". Son las 21.30 de un miércoles cualquiera. Pero en Melilla, enclave español incrustado en la costa norteafricana, es un día especial. Grupos compactos de subsaharianos, enfundados en sus mejores prendas, gritan, se hacen fotos y se abrazan a las puertas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Agitan unas carpetas azules donde custodian lo más preciado que han conseguido desde que empezaron el viaje, hace meses o incluso años, rumbo al Viejo Continente: los documentos que esta noche les permitirán embarcarse en un ferry y llegar a la península —la "gran España", como la llaman—, donde esperan iniciar una nueva vida lejos de sus países y lejos de Melilla, la última parada antes de entrar a Europa.
La realidad es mucho más dura. Lo saben bien los jugadores inmigrantes de Alma de África un equipo de Jerez que sirve de hilo conductor a esta serie, La odisea de los nuevos europeos. Hamza Charafi (23 años, lateral derecho, de Marruecos) lleva años sin papeles, y sin trabajo, en España. “Yo estaba como ellos, quería entrar a Europa. Y al final hemos llegado y no hay nada”.
Melilla es el símbolo, y elemento clave, de la política migratoria de España, que al entrar en la Unión Europea (UE) en 1986 se convirtió en el único país comunitario con frontera terrestre con África. Levantar las vallas, que ahora proliferan en Europa, fue una innovación en los noventa. Y la vigilancia marítima con barcos y radares. También los acuerdos para repatriar a los irregulares y, en paralelo, aumentar la ayuda al desarrollo en sus países. “España ha sido terreno de experimentación”, explica Javier Moreno Fuentes, del CSIC. Unos aspectos son replicables, otros no, precisa.
Melilla, la fortaleza
El enclave español en África nació para impedir invasiones, ahora frena migrantes. De los casi 7.000 que intentaron entrar en 2015, lo lograron 500. El nivel de control en los 12 kilómetros cuadrados es irreplicable en otras fronteras terrestres de la UE
Tarifa, vigilancia y rescate
España y la UE tienen implantado un sofisticado operativo de vigilancia por tierra, mar y aire para detectar pateras. Sin embargo, un acuerdo político con Marruecos es la clave del sistema para reducir las llegadas de migrantes
Dakar, expulsión por cooperación
Los acuerdos de repatriación pactados por España con países africanos fueron pioneros hace una década. La UE ha alcanzado pactos similares, y ha creado un fondo, para frenar la emigración y que los Gobiernos acepten a los deportados
Este es un viaje por Melilla, Tarifa y Dakar (Senegal), tres ciudades que encarnan los tres ejes de la política migratoria. España abrió allí una senda por la que Europa transita.
The New Arrivals
Cuatro millones de inmigrantes han llegado a España en dos décadas en avión, en patera o saltando la valla. Más de un millón de personas pidieron asilo en Europa en 2016. EL PAÍS cuenta, en un proyecto de 500 días con los diarios The Guardian, Der Spiegel y Le Monde, cómo se adaptan estos nuevos europeos y cómo Europa se adapta a ellos. Una mirada a un fenómeno que está transformando España y el continente
El proyecto The New Arrivals está financiado por el European Journalism Centre con el apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates