Marion Maréchal-Le Pen abandona la política
La sobrina de la líder del Frente Nacional representa el sector más duro y tradicional del partido
Una Le Pen tira la toalla. Pero no es la frustrada candidata del Frente Nacional Marine Le Pen, sino su sobrina, diputada y, para el sector más tradicionalista del partido de extrema derecha, esperanza de la formación que ahora se dispone a abandonar. Tal como adelantó la prensa francesa la víspera, Marion Maréchal-Le Pen, de 27 años, anunció este miércoles su distanciamiento de la política. No intentará ser de nuevo diputada por Vaucluse (en el suroeste de Francia), uno de los dos únicos escaños que el FN ha tenido en este quinquenio socialista que ahora acaba.
Se retira, al menos temporalmente, por una mezcla de razones. Tal como ya se había venido filtrando en las últimas semanas, parte de ellas son personales. La joven se acaba de divorciar y es madre de una niña de menos de tres años. Además, ha dicho en varias ocasiones que quiere hacer otras cosas más que solo política, en la que entró de la mano de su abuelo y fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, de quien es su nieta favorita.
Pero el momento elegido, justo después de la derrota de su tía, con la que mantiene serias diferencias programáticas, no es casual. Aunque ambas se esforzaron durante la campaña por aparecer juntas y sonrientes, los choques han sido constantes. Recientemente incluso Marine Le Pen frenó cualquier posibilidad de ascenso de su sobrina al dejar claro que no contaba con ella para un puesto de gabinete si llegaba al Elíseo. Aunque luego matizó sus declaraciones, el mensaje era claro.
Marion Maréchal-Le Pen, que ha hecho en su joven pero fulgurante carrera política un uso consciente del apellido que le viene por la línea materna, tampoco se ha quedado corta. Nada más confirmarse el resultado de las elecciones, la noche del domingo, afirmó que para la formación de ultraderecha había “lecciones que aprender”. Los que la conocen saben cuáles son estas: famosa es su aversión a la mano derecha de su tía Marine y artífice del programa para intentar atraer también a un votante de izquierdas, Florian Philippot. La joven Le Pen sostiene una línea divergente con su tía tanto en temas económicos como sociales, especialmente en cuestiones como el aborto, en el que la sobrina es mucho más conservadora que la tía.
Pese al pedigrí familiar y sus logros políticos, la joven Le Pen tampoco ocupa ningún puesto dirigente dentro del partido fundado por su abuelo. Y la falta de estructuras democráticas internas —no hay primarias, Marine fue elegida a dedo por su padre hace seis años— no permiten, al menos por ahora, que la sobrina escale puestos sin el apoyo de su tía. Otra cosa será en el congreso que el partido deberá celebrar en 2018, pero hasta entonces pueden haber pasado muchas cosas, incluso que Marion Maréchal-Le Pen cambie de nuevo de idea. Mientras, su abuelo clama contra una nueva traición, después de la que siente que hizo su hija al anunciar su intención de transformar el FN y hasta cambiarle de nombre. Lo de Marion es, para Jean-Marie Le Pen, una “deserción” en toda regla, dijo a Le Figaro al enterarse el martes de la noticia.
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