Palestina, el muro por antonomasia
Israel va camino de convertirse en un país cercado por todas partes menos por el mar
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Israel va camino de convertirse en un país cercado por todas partes menos por el mar. Está sellada la frontera norte con Líbano, donde opera el partido-milicia chií Hezbolá y se libró una guerra en 2006. También la de los Altos del Golán, al otro lado de la cual batallan desde 2011 el régimen y los rebeldes sirios.
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Como la linde sur con Egipto, vallada primero en 2013 para frenar la inmigración clandestina y ahora por la amenaza de la filial del ISIS en la península de Sinaí. Hasta en la de la pacífica Jordania, país con el que el Estado hebreo firmó un tratado de paz en 1994, se está erigiendo una verja en los 240 kilómetros de frontera común. Pero el muro por antonomasia en Israel es la oficialmente denominada “barrera de separación” de Cisjordania, una sucesión de vallas, rejas y tapias con amplios tramos de altos muros de hormigón jalonados de torres de vigilancia.
Su trazado completo está pendiente aún de concluir desde que se iniciara su construcción hace 15 años, en plena Segunda Intifada, el estallido de violencia palestina que sembró el pánico entre la población israelí.
Con su serpenteante recorrido —que en algunas zonas como la ciudad de Belén aísla el territorio cisjordano e impide su continuidad— se apodera de más de un 10% del territorio palestino. El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya lo declaró ilegal en 2004. En la imagen, el muro que separa Jerusalén Este de la ciudad cisjordana de Anata.
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