Las mujeres del Congreso de EE UU lucen ropa blanca para protestar en el discurso de Trump
Las demócratas hacen acto de resistencia en el primer acto del presidente en el Capitolio
Dicen de Donald Trump que exige a quienes trabajan para él en la Casa Blanca que se vistan tan bien como si fueran grabados permanentemente en un programa de telerrealidad. A alguien que presta tanta atención al atuendo no pudo pasarle desapercibida la marea blanca que ayer tomó asiento en el Capitolio mientras él daba su primer discurso ante las dos cámaras del Congreso en pleno.
La gran mayoría de las mujeres congresistas lucieron vestidos blancos, una práctica que toman del movimiento sufragista de principios del siglo XX, identificada con la defensa de los derechos de la mujer. El Grupo de Trabajo de Mujeres Demócratas, una agrupación de mujeres legisladoras, envió a sus miembros una carta el lunes pidiéndoles que llevaran blanco "en solidaridad con las mujeres de la nación".
Trump es un maestro de la puesta en escena, el suspense y el dramatismo. Es el lenguaje que entiende y domina, y a sus oponentes en Washington les ha quedado claro que es el punto en que un ataque más puede dolerle. Una de sus principales batallas como presidente novato no ha sido le reforma sanitaria o el terrorismo, sino cuánta gente acudió a su toma de posesión y cuánta -muchísima más- a la protesta feminista del día posterior.
Fue un espectáculo realmente impactante el de ver anoche a todas las mujeres demócratas -hay 62 en la Cámara de Representantes y 16 en el Senado –tomando asiento y escuchando con aire de gravedad a Trump, un hombre rodeado por la polémica del machismo, sobre todo después de que en la campaña apareciera un vídeo de 2005 en el que se jactaba de poder agarrar a cualquier mujer por sus partes privadas sólo por ser famoso.
Y a pocos de los asistentes a su discurso les pasaba desapercibido que en realidad el presidente había ganado el voto del colegio electoral, pero que su contrincante, Hillary Clinton, primera mujer candidata, había obtenido casi tres millones más de votos que él en todo el país.
Las mujeres del entorno de Trump evitaron el blanco de una forma escrupulosa. Su mujer, Melania, optó por el negro con pedrería con un traje chaqueta con cinturón ancho de Michael Kors. Su hija, Ivanka, prefirió el rojo con vestido de cóctel con un hombro al aire.
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