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Fumar hasta cinco porros en la mili de Israel ya no cuesta el calabozo

El Ejército no someterá a un consejo de guerra a los soldados que consumen marihuana estando de permiso si siguen un plan de rehabilitación

Juan Carlos Sanz
Soldados israelíes caminan por una carretera hacia el Líbano desde la frontera norte de Israel.
Soldados israelíes caminan por una carretera hacia el Líbano desde la frontera norte de Israel.AP

Fumarse un porro durante el servicio militar obligatorio en Israel —casi tres años para los hombres y dos para las mujeres— ya no estará castigado con un consejo de guerra y hasta dos meses de calabazo para los jóvenes reclutados a partir de los 18 años. Hasta cinco veces podrán caer en la tentación de darle una calada a un canuto, pero ni una más. La despenalización parcial del consumo de marihuana y hachís se aplicará a partir del próximo 1 de enero solo a los soldados de reemplazo que se encuentren de permiso.

A cambio tendrán que comprometerse a seguir un programa de rehabilitación antidrogas y a permanecer limpios durante al menos un año, sometiéndose a análisis de orina mensuales. Para la tropa que se encuentre de servicio o en el interior de los cuarteles, la severidad de la ley castrense seguirá cayendo con todo su peso por el consumo o tenencia de estupefacientes. Jefes y oficiales no tendrán dispensa en ningún caso.

Los responsables de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Israel han reconocido a la Radio del Ejército y al diario Haaretz que 128 soldados fueron encausados en 2015 por la jurisdicción militar por consumo de estupefacientes, y que cerca de la mitad de los efectivos de la policía militar se dedican a la persecución del consumo de drogas.

Ahora se pretende redirigir la anterior directiva de represión –que no ha mostrado efectiva, según reconocen los generales– hacia una política de rehabilitación. “El Ejército quiere ofrecer a los soldados una nueva oportunidad para volver al buen camino y concluir su servicio militar”, señalan los responsables de la medida. En contrapartida por el abandono del hábito de fumar porros, los oficiales al mando ofrecerán al recluta licenciado un futuro sin antecedentes penales para que puedan incorporarse sin trabas al mercado laboral al término del servicio en filas.

El consumo de las llamadas drogas blandas está prohibido en Israel, salvo para los 26.000 pacientes que cuentan con autorización médica para su uso como calmantes.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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