Contra y con Matteo Renzi
El primer ministro es el responsable último de la derrota del “si” en el referéndum, pero conviene no perder de vista sus aciertos
Matteo Renzi es el responsable último de la derrota del “si” en el referéndum para la reforma constitucional. En primer lugar, Renzi es culpable de haber elegido la vía del referéndum para aprobar la reforma en vez de construir una mayoría en las cámaras. En segundo lugar, Renzi ha pagado caro el haber sometido el referéndum constitucional a una lógica personalista que ha convertido la cita con las urnas en un plebiscito sobre su persona. En tercer lugar, Renzi es acusado de haber conducido la recta final de la campaña por el “si” de manera equivocada. Como ha señalado el filósofo Massimo Cacciari en La Repubblica, si Renzi no hubiese hecho un final de campaña faraónico y megalómano el resultado podría haber sido muy otro.
Sin embargo, ahora que la opinión está preparada para hacer leña del árbol caído, conviene no perder de vista algunos aspectos de la campaña de Renzi. De la misma manera que la intensa lógica de la personalización renziana obliga a atribuir al ex alcalde de Florencia toda la responsabilidad de la derrota, también invita a concederle, por tanto, el mérito de lo positivo. Creo que es justo enfatizar que si se da por sentado que en el referéndum se ha votado con o contra Renzi, también cabe, siguiendo la misma lógica, atribuir al propio Renzi la propiedad del 40’3% del voto recibido. Nótese, con todas las cautelas que requiere una operación así, que los promotores del “no” –el Movimiento Cinco Estrellas, La Lega, Forza Italia y Fratelli d’Italia– ya han comenzado su particular batalla para ver quién es el principal artífice del 59’7% de los votos que ha recibido el “no”. A Berlusconi le ha faltado tiempo para decir que la derrota del “si” se debe a su retorno a la política. Si a eso sumamos la izquierda crítica que también ha votado en contra, ¿en qué grado pueden Grillo, Salvini o Berlusconi hacer suyo el voto recibido in toto por un grupo tan heterogéneo?
Una mala estrategia ha terminado, de momento, con la carrera del político que goza de mayor popularidad en Italia. Ahora que ha presentado su dimisión los críticos del PD —los mismos que fueron barridos en las elecciones de 2013 a la secretaría del partido con un 67’55% por Renzi— aprovechan su debilidad para exigirle otro sacrifico más: el abandono de la dirección del PD. Si sucede la incógnita residirá en saber quién será el candidato capaz de generar un consenso cercano al 40% que le permita enfrentarse al M5S con garantías en las próximas elecciones. En la historia cercana de la izquierda italiana, las batallas internas siempre han tenido un mismo beneficiario.
Jorge del Palacio es profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid y en Comillas ICADE.
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