El Partido Demócrata apuesta por el continuismo ante Trump
La veterana Nancy Pelosi es reelegida líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes
El partido del “cambio”, de la “esperanza”, y del yes we can, ese entusiasta “sí se puede” que durante la era Barack Obama se proclamaba con orgullo, se ha quedado mudo. La victoria republicana de manos del magnate Donald Trump ha dejado a la formación ahora en la oposición, tanto en el gobierno como en el Congreso, sin una voz fuerte, y eso en momentos en que más se requiere un contrapeso a los poderes en Washington. Además de un líder, el partido requiere una hoja de ruta, y ni sobre eso parece haber consenso en sus filas. La reelección este miércoles de Nancy Pelosi, de 76 años, como líder demócrata del Congreso ha sido interpretada como una muestra de la incapacidad de renovarse de un partido que hace solo ocho años controlaba todo Washington con un mensaje renovador.
El congresista demócrata GK Butterfield lo reconocía sin ambages tras la derrota electoral. Los resultados han sido una “paliza”, dijo. “No esperábamos una derrota y ahora tenemos que recalibrar y ver cómo seguimos adelante”. Lo comparó con lo que sucede cuando se produce la muerte de un familiar o amigo. “Hay diferentes etapas del duelo que se deben atravesar. Y después de una derrota como esta, hay diferentes etapas que nosotros tenemos que pasar. Tenemos que interpretar los resultados”.
Pero las luchas internas del partido desde la debacle electoral muestran el anquilosamiento de la formación progresista. Nancy Pelosi, la veterana congresista del diverso y progresista San Francisco, prevaleció frente al desafío de Tim Ryan, el congresista de 43 años de Ohio, uno de los Estados industriales que le dio la espalda a los demócratas. Pelosi lleva 30 años en su escaño, 14 de ellos como líder del partido en la cámara baja. Ryan inició su carrera en el Capitolio en 2003 y había presentado su desafío a la poderosa Pelosi como un mensaje al electorado de que los demócratas han entendido el mensaje de las urnas del catastrófico 8 de noviembre. “Si vamos a ganar como demócratas, necesitamos un mensaje económico que resuene en todos los puntos del país”, insistió tras su derrota. Así lo habían entendido los legisladores —pocos— que respaldaron su intento. Como Rubén Gallego, congresista por Arizona, de 37 años. “No podemos salir de las elecciones de 2016 sin aprender una lección importante: lo que estamos haciendo ahora no está funcionando. Tenemos una oportunidad para cambiar, y deberíamos aprovecharla”, dijo en su mensaje de apoyo a Ryan, que visiblemente no resonó entre sus colegas.
Remedios coincidentes
La paradoja es que tanto desde la izquierda como desde la derecha, el análisis y la receta coinciden en muchos puntos. “El Partido Demócrata enfrenta tres grandes retos: renovación de liderazgos, definición de norte ideológico y actitud hacia la Administración Trump”, señala Juan Carlos Hidalgo, analista de Políticas Públicas del Instituto Cato de Washington, un think tank conservador. Robert Reich, profesor de Políticas Públicas de la Universidad de Berkeley, secretario de Trabajo de Bill Clinton e incansable defensor del senador Bernie Sanders, principal rival desde la izquierda de Hillary Clinton en las primarias, coincide desde la otra orilla del espectro ideológico. Lo que necesitan los demócratas, ha afirmado en las últimas semanas, es “renovar el Partido Demócrata” desde sus fundamentos, “energizar” una vez más a sus bases y, sobre todo, “abrazar el populismo” de izquierdas, sostiene en diversos escritos y entrevistas.
“Estamos ahora en una era populista. La verdadera pregunta es: ¿Prevalecerá el populismo progresista o el populismo autoritario de derechas?”, dijo Reich a la revista Rolling Stone. Según el analista, no es sorprendente que tanto Trump como Sanders lograran movilizar a tantos estadounidenses este último año y medio. “Una de las fuerzas más poderosas” en la actualidad es “el rechazo al statu quo, un repudio de las políticas habituales y una profunda desconfianza en las élites”, sostiene. Su conclusión: “Un nuevo Partido Demócrata tiene que liderar sobre la base del populismo progresista”.
“En este momento, las voces ideológicas cantantes de los demócratas son Bernie Sanders y Elizabeth Warren, que representan el ala más de izquierdas del partido. El corazón de la militancia demócrata está de su lado y si ellos ganan la partida en la reconfiguración ideológica del partido, tendremos un Partido Demócrata más populista y más de izquierdas”, coincide Hidalgo en declaraciones a este diario.
La búsqueda de nuevas voces
Pero incluso si hubiera consenso, que no parece haberlo aún, en que esa vía más populista es la mejor receta para los demócratas, sigue habiendo otros problemas, como la falta de una voz del futuro. Sanders tiene 75 años. Warren, en caso de que aceptara buscar la candidatura presidencial que hasta ahora no ha buscado, habrá cumplido los 71 en las elecciones de 2020. Tim Kaine, la fórmula de Clinton para la vicepresidencia y todavía senador por Virginia, es más joven, 58 años, pero ya ha dicho que no será candidato presidencial dentro de cuatro años. El nuevo líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, tiene 66. Hay otras voces más jóvenes, y más diversas, como los hermanos Joaquín y Julián Castro, de padres mexicanos, o como la flamante senadora por California, Kamala Harris, pero ninguno ha logrado superar todavía la etiqueta de “prometedora” estrella política.
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