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La Policía y manifestantes anti-China se enfrentan en Hong Kong

Los disturbios ocurren la víspera de que Pekín anuncie su interpretación de la Constitución autónoma

Manifestantes hongkoneses se protegen de los gases lacrimógenos que la policía utilizó para dispersarlos.
Manifestantes hongkoneses se protegen de los gases lacrimógenos que la policía utilizó para dispersarlos.ANTHONY WALLACE (AFP)

Hong Kong ha sacado de nuevo los paraguas. La marcha prodemocracia que este domingo ha reunido a miles de ciudadanos para protestar en contra del intervencionismo de Pekín en el caso de la jura de cargo de dos nuevos legisladores proindependentistas, ha terminado con unos enfrentamientos en los que la policía ha usado gas pimienta para dispersar a unos manifestantes que han usado el objeto amarillo como escudo.

Como si de un déjà vu se tratara, la ciudad ha revivido a pequeña escala las imágenes que muchos guardan en la retina de las protestas que en 2014 dieron lugar al conocido Movimiento de los Paraguas. Entonces, miles de hongkoneses ocuparon durante 79 días las calles del centro financiero de la ciudad para pedir mayor democracia y sufragio universal en las elecciones de 2017.

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Hoy, algunos de ellos han vuelto a sentarse en medio de la calzada obligando a cortar el tráfico de las calles aledañas a la oficina de representación de China en Hong Kong. Hasta allí se han desplazado cerca de 4.000 personas para protestar por la decisión que el lunes anunciará Pekín sobre si prohíbe a Sixtus "Baggio" Leung y Yau Wai-ching, miembros de la formación proindependentista Youngspiration, tomar posesión de su escaño en el parlamento.

Hace tres semanas, ambos políticos juraron un cargo que posteriormente fue invalidado. Leung cruzó los dedos en el momento que tomaba posesión con una bandera que rezaba “Hong Kong no es China”, mientras que la joven Yau juró lealtad a “la región administrativa especial de la Reputa Popular de China”. Una semana después de este primer intento fallido y cuando los dos jóvenes se disponían a jurarlo de nuevo, los diputados pro-Pekín —que son mayoría en la Cámara— abandonaron la sala dejando insuficiencia de cuórum para validar sus votos.

Pero aún hubo una tercera ocasión en la que fue el presidente del hemiciclo quien les prohibió hacerlo arguyendo que la decisión final quedaba en manos de los tribunales de la ciudad. Fue entonces cuando Pekín anunció que también tomaba cartas en el asunto y que iba a hacer una interpretación de la Ley Básica, la Constitución de la excolonia británica que los dos jóvenes políticos no habían acatado.

El anuncio de este lunes supondrá la quinta vez que, desde que en 1997 Hong Kong volviera a manos de China, esta hace una interpretación de su constitución. Wilson Leung, portavoz del grupo de Abogados Progresistas ha alertado de que “cada vez que interpretan nuestra Ley Básica, infringen nuestra independencia judicial y el ´un país, dos sistemas´ que rige en la región. Este caso en particular es especialmente horrible. En los cuatro casos anteriores, al menos esperó hasta que nosotros tuvimos la decisión de nuestros propios tribunales, pero ahora lo han omitido. Por lo tanto, esto sienta un muy mal precedente".

La marcha de hoy, a la que han asistido 13.000 personas según los organizadores y 8.000 según la policía, ha logrado reunir a diferentes generaciones de hongkoneses. Muchos han asistido a título individual y otros lo han hecho desde las filas de partidos políticos recién creados que abogan por la independencia o la autodeterminación. Pese a que buena parte de ellos se ha retirado al acabar la marcha, una multitud ha decidido continuarla hasta el lugar donde se han producido los altercados. Pasada la medianoche y mientras unos ocupaban las calles, repartían mascarillas y establecían un puesto con botellas de agua para hacer frente al temido gas, otros esperaban preparados con los paraguas abiertos el desalojo de la policía.

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