En Indiana todavía se pisotean los derechos del colectivo LGBT
Después de la negación de las tartas nupciales, los baños tabús
Cuando Kit Malone entendió que la escuela pública de la Indiana rural en la que enseñaba ya no era un sitio seguro para ella, decidió irse sin hacer ruido antes de que la echaran. Malone es una transgénero, nacida y crecida en Indiana, estado conservador y religioso, gobernado por el evangélico radical Mike Pence. Un campo de minas para los miembros de la comunidad LGBT, y sin embargo Kit, que ahora trabaja para el grupo sin ánimo de lucro Freedom Indiana, es optimista: "Hay mucho miedo al cambio, pero los jóvenes están listos. La ola de aceptación recorre todo el país, lo conseguiremos pronto".
El año pasado, la lucha sobre el acceso a los baños de las personas trans en Indiana se convirtió en objeto de noticia. Pocos meses antes le había tocado el turno a las tartas nupciales de los gais, otro "bastión" en contra de la igualdad. Una acción de retaguardia que terminó mal, con el Religious Freedom Restauration Act cancelado y una pastelería obligada a cerrar por haber hecho "objeción de conciencia" contra las parejas gais. Quedan aspectos de discriminación legal, explica Malone, sobre el derecho a la vivienda, sobre el trabajo y sobre el acceso a los espacios públicos. "Por ejemplo, entrar en una oficina o en una tienda y saber que te pueden echar". O tener que ir al lavabo de hombres cuando ya no se es un hombre.
Sin embargo, la gente va más adelantada que los políticos. Una encuesta reciente en Indiana indica que el 58% está a favor de una protección total para la comunidad LGBT.
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