Amnistía Internacional denuncia malos tratos a inmigrantes en Italia
La ONG alerta de que algunos de los casos documentados pueden constituir tortura
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este miércoles que la presión de la Unión Europea a Italia para que aplique "mano dura" a las personas refugiadas y migrantes que han llegado a su territorio ha dado lugar a expulsiones ilegales y a malos tratos que, en algunos casos, pueden constituir tortura.
En su informe, titulado Hotspot Italia: Cómo el enfoque principal de la UE lleva a violaciones de los derechos de refugiados e inmigrantes, la organización ha documentado denuncias de abusos, incluidas palizas, descargas eléctricas y humillación sexual. "En su determinación por reducir el avance de las personas refugiadas y migrantes a otros Estados miembros, los líderes de la UE han empujado a las autoridades italianas hasta los límites —y más allá— de lo legal", ha denunciado Matteo de Bellis, investigador de Amnistía Internacional sobre Italia.
"El resultado es que se está sometiendo a personas traumatizadas, que llegan a Italia después de viajes aterradores, a evaluaciones deficientes y, en algunos casos, a abusos atroces a manos de la Policía, así como a expulsiones ilegales", ha añadido.
Los hotspots se diseñaron para identificar y tomar las huellas dactilares a las personas recién llegadas a países como Italia y Grecia, evaluar con rapidez sus necesidades de protección y, o bien procesar su solicitud de asilo, o bien devolverlas a su país de origen. Amnistía, que ha entrevistado a más de 170 personas refugiadas y migrantes, ha detectado "serios fallos" en cada una de estas etapas.
Con respecto a la reubicación de los solicitantes de asilo, la organización ha subrayado que hasta el momento se ha reubicado a 1.200 personas desde Italia, de las 40.000 prometidas, mientras que más de 150.000 personas han llegado al país por mar este año.
En el caso de España, que se ha comprometido a reubicar a 15.888 personas desde Italia y Grecia hasta el año 2017, solo han llegado por el momento 50 personas desde Italia, todas ellas de nacionalidades siria y eritrea, según la ONG.
Toma de huellas a la fuerza
De los 24 testimonios de malos tratos recopilados, 16 incluyeron palizas. Una mujer de 25 años de Eritrea, por ejemplo, describió que un policía la había abofeteado repetidamente hasta que accedió a que le tomaran las huellas dactilares.
También han documentado casos de personas que han recibido descargas eléctricas con porras de alto voltaje. "Me aplicaron electricidad con un bastón, muchas veces en la pierna izquierda, luego en la pierna derecha, el pecho y el vientre. Yo estaba demasiado débil, no podía resistirme y, en ese momento, me agarraron las dos manos y me las pusieron en la máquina", ha contado a la ONG un adolescente de 16 años de la región sudanesa de Darfur.
La organización subraya que, aunque la conducta de la mayoría de los policías es profesional, y la gran mayoría de las huellas dactilares se toman sin incidentes, lo hallado en su informe "suscita honda preocupación y pone de manifiesto la necesidad de una revisión independiente de las prácticas actuales".
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