Renzi promete reconstruir Italia sin obedecer el límite de déficit de la UE
El mayor terremoto desde 1980 sacude el centro de Italia sin causar víctimas mortales
El centro de Italia se sigue desmoronando. Un terremoto de magnitud 6,5 destruyó a las 07.40 de este domingo el casco histórico de Norcia (Perugia), el único pueblo de la zona que soportó en pie el seísmo que en agosto acabó con la vida de 297 personas. Pese a ser el mayor temblor desde 1980, no se registraron fallecidos, porque la mayoría de los vecinos se había marchado o pernoctaba en tiendas de campaña o en sus coches tras las fuertes sacudidas del miércoles. El primer ministro, Matteo Renzi, aseguró que destinará a la reconstrucción los fondos que sean necesarios, “sin respeto por las reglas tecnocráticas” de Bruselas.
“Nosotros reconstruiremos todo”, anunció Renzi, “las casas, los negocios, las iglesias. Estos barrios son el alma de Italia. Tenemos los recursos necesarios y los pondremos a disposición de la gente sin ningún tipo de respeto por unas reglas tecnocráticas que niegan la identidad de nuestro país y de nuestro territorio”. El jefe del Gobierno italiano, que ha convocado para hoy un Consejo de Ministros extraordinario, ya se quejó el pasado martes de las exigencias de Bruselas, que reclama a Italia ajustar sus presupuestos para adaptarse al déficit mientras otros países se lavan las manos ante el drama de los refugiados y migrantes.
Desde hace años, el Gobierno italiano se hace cargo prácticamente en solitario del rescate de cientos de miles de personas que tratan de llegar a Europa desde las costas de Libia. “Europa nos dice todo sobre cómo debemos pescar el pez espada”, suele repetir Renzi, “pero no nos ayuda a salvar niños en el Mediterráneo”.
Un esfuerzo presupuestario que ahora se complica con los efectos de los terremotos. Además del terrible coste en vidas humanas —el seísmo del 24 de agosto acabó con la vida de 297 personas en las localidades de Amatrice, Accumoli y Arquata del Tronto—, el Ejecutivo de Renzi se encuentra ante el desafío de reconstruir las zonas desvastadas y realojar mientras tanto a los miles de vecinos que han perdido sus casas. A los damnificados del terremoto de agosto y del pasado jueves se unen ahora los vecinos de Norcia. A las 07.40 de este domingo, un terremoto de magnitud 6,5 —más fuerte incluso que aquel del 6 de abril de 2009 que provocó la muerte de 308 personas, hirió a 1500 y dejó sin casas a 50.000 en L’Aquila— volvió a golpear el centro de Italia y se sintió en todo el país, desde Bari a Bolzano e incluso en Austria. En Roma, las casas se tambalearon durante varios segundos y tanto el metro como la basílica de San Pablo extramuros fueron cerradas temporalmente para revisar daños.
A la conmoción inicial le sucedió la sorpresa por la ausencia de víctimas. La explicación llegó enseguida desde las zonas afectadas. Tras las fuertes sacudidas del pasado miércoles, la mayor parte de los vecinos había optado por marcharse o pernoctar en tiendas de campaña o en el interior de sus vehículos. Uno de ellos era Marco Rinaldi, el alcalde de Ussita (provincia de Macerata, región de Las Marcas). “Se ha derrumbado todo, veo columnas de humo, es un desastre. Yo estaba durmiendo en el coche, he visto el infierno”. Otro de los alcaldes de la zona, Mauro Falcunni, de Castelsantangelo, también se encontraba fuera: “Yo estoy en Fano, pero me dicen que hay derrumbes, que es un desastre. Se ha abierto la tierra, hay humo, un desastre”.
Un desastre que, según los datos de Fabrizio Curcio, jefe de Protección Civil, solo afectó al patrimonio histórico y artístico. La única víctima de gravedad fue una mujer de unos 50 años que, al sentir de la violencia del terremoto, intentó ponerse a salvo arrojándose por la ventana. El resto de los heridos, alrededor de 20, son de carácter leve.
25.000 sin un techo
El seísmo, que se registró a 10 kilómetros de profundidad con epicentro entre los municipios de Norcia, Castelsantangelo su Nera, Preci y Visso —una zona montañosa entre las regiones de Umbria y Las Marcas— destruyó gran parte de la bellísima basílica de San Benedicto. Las monjas del convento lograron ponerse a salvo y, junto a un grupo de vecinos, se pusieron a rezar en la plaza. También se vino abajo la iglesia de Santa Rita, cuya fachada había sido reconstruida con piedras procedentes de anteriores terremotos.
Según las autoridades, unas 25.000 personas no podrán volver a sus casas hasta que, a lo largo de los próximos días, se evalúe el riesgo. Durante toda la tarde, las fuertes réplicas siguieron produciéndose. Norcia, tan lejos del mar, parecía un barco en medio de un temporal, con la arboladura rota y la tripulación aterrorizada. Las continuas réplicas provocaban una sensación de mareo, de tensión continua, de miedo a una noche adelantada por el cambio de hora.
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