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En South Central, la revolución ciudadana crece desde las semillas

En este antiguo barrio rojo de Los Ángeles, Ron Finley, apodado el "jardinero gángster", intenta convertir la mentalidad de sus vecinos para que la población se apropie del espacio público y cultive su propios alimentos

A la sombra de algunas palmeras quemadas por el sol se encuentra un extraño oasis verde en el corazón de South Central, Los Ángeles. A lo largo de la acera que lleva hasta allí, se puede observar un bananero escoltado por granados y cactus, algo que contrasta con los establecimientos de comida rápida, las tiendas de licores, los almacenes y los vendedores de neumáticos que salpican el barrio.

Ron Finley en su casa de Los Ángeles (EE UU).
Ron Finley en su casa de Los Ángeles (EE UU).J. C

A los pies de su casa, reconvertida en epicentro del "jardinero gángster", Ron Finley ofrece una granada de color escarlata donde otros invitan a un refresco. Desde 2010, este antiguo diseñador lucha contra lo que denomina los "desiertos alimentarios", como ocurre en casi cualquier cruce de la "ciudad de los ángeles": tiendas de conveniencia surtidas con productos "que matan".

Para cambiar el paradigma, el jardinero defiende la recuperación del espacio urbano (aceras, callejones, terrenos baldíos) para que las personas puedan cultivar sus propias frutas y verduras. "La gente tiene que entender de dónde vienen sus alimentos, algo que aquí está lejos de ser el caso", nos explica ante su piscina clausurada, convertida ahora en una maceta gigante. Para Finley, esta filosofía se revela asimismo como un antídoto para todos los males (pobreza, problemas de salud, violencia, pandillas) que el barrio, escenario de disturbios en 1992, ha conocido y a los que todavía se enfrenta.

Su proyecto, algo más que una iniciativa local, ha superado las fronteras de L.A. gracias al ciclo de conferencias en el que Ted participó en 2013. A partir de ese momento, su vida cambió. Invitado a la Casa Blanca la semana pasada, y antes de tour por la Toscana, ahora debe aceptar una vida llena de charlas y se ha visto obligado a detener su propia línea de ropa por falta de tiempo. "Trato de hacer que la gente joven entienda que esto es el nuevo concepto de lo cool. Ser un gángster no tiene nada que ver con las drogas y el alcohol: se trata de cultivar y comer tus propios alimentos".

A sus ojos, este activismo verde vale más que cualquier compromiso político. Y su forma de entender la alimentación también está relacionada con su opinión sobre las presidenciales. "Voy a votar por el menos malo de los dos demonios. Por el útero, más que por el pene", explica de una manera un tanto curiosa, sin mencionar los nombres de los dos contendientes a la sucesión de Obama. En su opinión, el primer presidente negro de los Estados Unidos ha logrado una gran evolución de las mentalidades, si bien las tensiones raciales han ido en aumento durante sus dos mandatos. "Existe un racismo inherente en esta sociedad. ¡No hay más que ver todos los negros que ha asesinado la policía!"

Al igual que en muchas ciudades de Estados Unidos, South Central está experimentando un aburguesamiento, y el aumento de precios de los inmuebles empuja a los menos afortunados a las afueras. "El color de la piel de los habitantes también cambia sus hábitos: cafés, tiendas de alimentos bio, clases de yoga. Todo esto está bien, pero la población de esta zona debe cambiar su forma de vida por sí misma, por decisión propia, y no como consecuencia de los nuevos vecinos".

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