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Merkel responde a la derrota con el vago compromiso de evitar otra ola de refugiados

La canciller hace autocrítica tras la debacle electoral de Berlín, pero sin ceder a las demandas de sus críticos

Merkel comparece ante la prensa.Foto: reuters_live | Vídeo: JOHN MACDOUGALL (AFP) / REUTERS-QUALITY
Luis Doncel

El golpe en Berlín ha sido duro. Como también lo fueron los recibidos en otros Estados alemanes en los últimos meses. La canciller Angela Merkel compareció el lunes con gesto serio para explicar de forma detallada los motivos de la debacle electoral sufrida por la Unión Cristianodemócrata (CDU). La líder del partido asume el descontento que ha generado su gestión de la crisis migratoria y admite errores. Pero pese a lo cosmético –“debemos comunicar mejor”, “no estábamos preparados”…-, Merkel no se mueve un milímetro: defiende su decisión de acoger a los refugiados y se niega a fijar un techo máximo anual de solicitantes de asilo.

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La Casa Konrad Adenauer, sede de la CDU en Berlín, vive uno de sus días más amargos después de que el partido obtuviera el peor resultado de toda su historia en la mayor ciudad del país. Desde allí habló Merkel, que tan solo ofreció un vago compromiso para evitar que Alemania vuelva a repetir lo ocurrido en 2015, cuando llegó un millón de solicitantes de asilo. “Nadie quiere esta situación se repita. Yo tampoco”, dijo.

Merkel sí ofreció a sus críticos algunos premios de consolación. Reniega, por ejemplo, de su “vamos a lograrlo”, la frase que en el último año ha sido el eslogan con el que trataba de animar a los ciudadanos ante las dificultades para acoger a los recién llegados. Pero este grito merkeliano ha ido perdiendo "su sentido" hasta convertirse en “una provocación” para muchos alemanes, admitió la canciller. También reconoció su parte de culpa por lo poco preparada que estaba Alemania para reaccionar a una crisis migratoria como la que estalló el verano del año pasado. “Si pudiera dar marcha atrás en el tiempo, lo haría”, añadió.

Como ya ocurrió hace dos semanas tras las elecciones en el Estado oriental de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, la asunción de responsabilidades por parte de Merkel no satisface a sus críticos, entre los que destacan los socialcristianos bávaros de la CSU.

"Esta es la segunda llamada de atención masiva en dos semanas. A la CDU y la CSU les amenaza una pérdida de confianza masiva entre sus votantes tradicionales", avisó el ministro de Finanzas bávaro, el halcón Markus Söder, nada más conocerse los resultados de Berlín. El malestar se extiende también entre el propio partido de Merkel. “La integración de los refugiados es importante. Pero más importante aún es que no vuelva a entrar gente de forma incontrolada. Tenemos que saber quién llega a nuestro país”, avisó el popular diputado Wolfgang Bosbach minutos después de que terminara de hablar su jefa.

Los problemas para Merkel aumentan, y no solo en casa. En un momento en el que la salida del Reino Unido de la UE requiere una enérgica respuesta europea, la canciller pierde fuerza en Alemania, y fuera. La penúltima crítica ante los pobres resultados de la cumbre de Bratislava le llegó del jefe del Gobierno italiano, Matteo Renzi. “No sé a lo que se refiere Merkel cuando habla del ‘espíritu de Bratislava’. Si las cosas continúan así, en su lugar tendremos que hablar del ‘fantasma de Europa”, dijo Renzi el fin de semana en el Corriere della Sera. Para el italiano, la cumbre que con tantos contactos diplomáticos había preparado Merkel se quedó en un “agradable crucero por el Danubio”.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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