¿Son racistas los seguidores de Donald Trump?
Varios sondeos muestran que los votantes del republicano sostienen posturas más discriminatorias que el resto
Donald Trump lo ha llamado “sencillamente el mayor error de la campaña electoral” pero no se refería a una de sus declaraciones más polémicas. Hablaba de su rival, Hillary Clinton, que el pasado fin de semana afirmó que se puede incluir a “la mitad de los seguidores de Trump en la cesta de los deplorables”. La aspirante demócrata, que también acusó al magnate de “respaldar a personas que son racistas, sexistas, homofóbicas, xenófobas, islamófobas, lo que sea”, se disculpó poco después pero mantuvo la acusación de que Trump “ha creado una campaña basada en el prejuicio y la paranoia”.
Varios sondeos demuestran que las arriesgadas palabras de Clinton podrían no estar muy lejos de lo que piensan los estadounidenses. Una encuesta publicada este lunes encontró que la mayoría de votantes está de acuerdo en que el aspirante republicano a suceder a Obama en la Casa Blanca rechaza a las mujeres y las minorías. El sondeo, realizado por The Washington Post y la cadena ABC antes de que la ex secretaria de Estado dijera nada sobre los votantes de Trump, apunta a unas cifras preocupantes incluso entre los electores a los que más necesita el republicano para ganar en noviembre.
Seis de cada 10 estadounidenses creen que Trump “toma partido en contra de las mujeres y las minorías” y el 48% de este grupo lo cree “profundamente”, según la encuesta. Pero el dato más preocupante está en dos grupos de votantes que pueden tener una influencia significativa en el resultado de las elecciones: los blancos con titulación universitaria. Un 57% de ellos está de acuerdo en que Trump defiende planteamientos misóginos y racistas, y entre las mujeres, el porcentaje asciende al 61%.
Estas cifras, como las palabras de Clinton, llegan después de varios meses de una campaña en la que el candidato republicano ha sido acusado de racista y otras él mismo ha defendido desde acusar a los inmigrantes mexicanos de “criminales” y “violadores” hasta prohibir la entrada de musulmanes en EE UU, pasando por su ofensa a los padres de un soldado musulmán fallecido en Irak. También ha cuestionado la imparcialidad de un juez “por ser mexicano” y ha sugerido que los defensores de la Segunda Enmienda, que protege el derecho a portar armas, “podrían hacer algo” para impedir que su contrincante llegue a la Casa Blanca.
Son propuestas que han acaparado prácticamente toda la atención de esta campaña, pero Trump sabe a qué votantes se dirige. Según un sondeo de Reuters realizado entre los meses de marzo y abril, entre el 40 y el 50% de sus seguidores —frente a menos de un tercio de los de Clinton— afirma que los afroamericanos son menos inteligentes, más vagos y más maleducados, y una mitad de ellos asegura que son “más violentos” y “cometen más crímenes” (casi un 50%, comparado con el 33% de la media) que los estadounidenses blancos.
Otra encuesta realizada por la misma agencia también comparó las ideas de los votantes del candidato republicano con respecto al Islam. Los resultados revelaron que el 54% de los seguidores de Trump tiene una visión “algo negativa” o “muy negativa” del esta religión, frente a menos de uno de cada cuatro votantes de Clinton. Este verano, otro sondeo sobre la propuesta para vetar la entrada a musulmanes encontró que el 76% de los republicanos está de acuerdo, en comparación con un 26% de los demócratas. Mientras que un 44% de los seguidores de Clinton se “opone firmemente” a la idea, solo el 6% de los republicanos calificó así su postura.
La brecha es similar en materia de inmigración. Siete de cada 10 de votantes encuestados por Fox News está de acuerdo con la definición que hizo Trump de los mexicanos al presentar su campaña por la presidencia, frente a un 2,5 de demócratas. Una vez más, el candidato republicano, como han demostrado varios sondeos, podía estar dirigiéndose a esa mayoría de los votantes de su partido que defiende que “fue acertado” en su definición y que las deportaciones masivas son la mejor respuesta a la inmigración ilegal.
El empresario neoyorquino ha sido protagonista de listas como ésta en la que se recopilan todos los ejemplos de “Trump siendo racista”, ha dudado durante días sobre cómo rechazar el respaldo de un líder supremacista y exmiembro del Ku Klux Klan y presume de que “es la persona menos racista que nadie haya conocido”. Clinton defiende lo contrario desde hace varias semanas y llegó a dedicar un discurso a denunciar sus vínculos con la “derecha alternativa”, como se conoce a la última generación de supremacistas blancos.
Pero mientras Trump rechaza tales acusaciones —hasta el líder republicano en el Congreso ha asegurado que su comentario sobre un juez “seguía el manual del comentario racista”—, este fin de semana su propio hijo se lo puso un poco más difícil, al publicar este montaje de un grupo de “deplorables” con la rana que aparece en la mayoría de las imágenes empleadas por esa nueva derecha radical.
Encuestas y consignas aparte, ya hay quien prefiere dejar a un lado las dudas. “Sí, la mitad de los seguidores de Trump son racistas”, escribe el columnista del Post Dana Milbank. “De hecho, cuando se trata de sus seguidores racistas, puede que [Hillary Clinton] se haya quedado corta”.
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