Alemania refuerza el despliegue policial en aeropuertos, estaciones y fronteras
Las autoridades investigan a 59 refugiados por posibles vínculos con el ISIS
Después de vivir una semana de inaudita violencia con tres ataques violentos las autoridades germanas han decidido este lunes reforzar el despliegue policial en aeropuertos, estaciones de ferrocarril y en zonas fronterizas, según anunció el ministro del Interior, Thomas de Maiziere. "Me parece importante una mayor presencia policial en los espacios públicos", dijo el minsitro. "Por ello he ordenado un incremento visible de su presencia en aeropuertos y estaciones y de los controles en las zonas fronterizas".
El hecho de que dos de los ataques —tres si se cuenta al refugiado sirio que apuñaló a una mujer el domingo en Reutlingen y que, de momento, se investiga como un caso de violencia de género— estuviesen protagonizados por solicitantes de asilo (un sirio y un afgano) y otro perpetrado en Múnich por un alemán de origen iraní, ha alarmado a la sociedad alemana.
El ministerio del Interior germano informó este lunes de que las autoridades están investigando a 59 refugiados que podrían tener relaciones con la organización terrorista autodenominada Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) o con otros grupos islamistas y han recibido informaciones sobre otros 400 refugiados, que podrían ser considerados como un peligro para la seguridad interior del país.
Tobias Plate, el portavoz del ministerio del Interior, señaló en Berlín que ninguno de los autores de los últimos ataques violentos registrados en la última semana —ataque en un tren regional en Würzburg, acto criminal en Reutlingen y estallido de una bomba en Ansbach— se encontraban entre las personas que están siendo investigadas.
El portavoz también admitió que las autoridades vigilan a más de 500 personas que han sido calificadas como “potencialmente peligrosas” en los círculos islamistas y a otras 300 que denominó como “personas relevantes”. Las informaciones, según Plate, fueron recibidas por parte de compañeros que delataron a los refugiados ante la sospecha de que podían ser militantes del ISIS.
Las revelaciones del portavoz del ministerio del Interior confirmaron las informaciones de que entre los solicitantes de asilo tambén han llegado a Alemania yihadistas. Algo que han revelado los informes de inteligencia y que ha admitido tanto la canciller, Angela Merkel, como el jefe de los servicios secretos del interior, Hans Georg Maassen.
“Sabemos que el ISIS infiltró a algunos de los suyos entre los refugiados”, dijo Maassen, que evitó dar más detalles sobre la infiltración. En la segunda semana de junio, Merkel reveló que se le había informado de que varios terroristas habían aprovechado la llegada masiva de refugiados al país, para poder acceder a Europa en forma desapercibida.
La certeza de que entre los cientos der miles de refugiados que llegaron al país puede haber peligrosos terroristas capaces de llevar a cabo actos terroristas brutales ha revivido en el país el álgido debate sobre la política de asilo de Merkel, que parecía haber desaparecido de las primeras páginas de los periódicos alemanes.
Pero el lunes pasado, el ataque de un joven afgano de 17 años armado con un hacha y un cuchillo en un tren regional en Würzburg, acabó con esa aparente calma y dio nuevas herramientas al partido Alternativa para Alemania (AfD), que ha hecho responsable a la canciller de los trágicos acontecimientos; incluido el ataque de Múnich.
Hasta el lunes pasado la crisis de refugiados prácticamente había desaparecido del debate público a causa de varios factores: la ruta de los Balcanes permanece cerrada, el flujo de los refugiados disminuyó, como también los ataques de la CSU a la política de asilo de la canciller gracias al polémico acuerdo entre la UE y Turquía que Merkel ayudó a sellar.
Pero el ataque del joven afgano que había entrado al país como refugiado acabó con la aparente calma y se convirtió en un peligroso detonante político, que amenaza con envenenar la convivencia pacífica en la primera potencia económica de Europa. El joven, que hirió a cinco pasajeros, guardaba en su habitación una bandera del ISIS. Poco después del atentado, la organización terrorista aseguro que el joven, que fue abatido por la policía cuando intentaba huir, era uno de sus combatientes.
Un día después del atentado y cuando todo el país sabía que el afgano era un peticionario de asilo, la presidenta del partido AfD, Frauke Petry, escribió en Twitter un mensaje que alarmó al Gobierno y que marcó el comienzo de una estrategia con la que el partido desea instrumentalizar a su favor la masiva llegada de refugiados. “Caso aislado número xxxx. 4 heridos graves”. La dirección de AfD en Berlín añadió más leña al fuego y escribió, también en Twitter: “Este peticionario de asilo no habría llegado al país si Merkel no le hubiera llamado. ¡Para acabar con el caos de asilo, vote por Afd!”.
André Poggenburg, el combativo y fanático jefe de AfD en el estado federado de Sajonia Anhalt, solo tardo un par de minutos para encontrar al responsable de la matanza de Múnich ocurrida en la noche del viernes. Cuando aún nadie sabía los motivos que habían impulsado al joven germano-iraní para matar a nueve personas, el político tuiteó: “Partido único Merkel. ¡Gracias por el terror en Alemania y Europa!”.
“El terror ha regresado. ¿Cuándo cerrará las fronteras la señora Merkel? ¡Vóte por AFD!", apunto por su parte la dirección de AFD en Sajonia, El mensaje fue borrado, pero aun se puede leer en la página de Facebook de Afd un mensaje donde hace responsable a la canciller de las tragedias que ha vivido el país en los últimos siete días.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.