La Fiscalía turca registra la base aérea desde donde la coalición internacional ataca al ISIS

La Fiscalía turca, acompañada por la policía, registró este lunes la base aérea de Incirlik, que utiliza la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (ISIS) en su estrategia de bombardeos contra las posiciones del grupo yihadista en Siria. El objetivo del registro, durante el que fueron detenidos siete soldados, era hallar pruebas sobre el uso de dicha base durante el fallido intento de golpe de Estado lanzado el pasado viernes por una facción de las Fuerzas Armadas turcas.

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Según una fuente gubernamental, Incirlik fue utilizada por un avión de repostaje que proveyó de combustible en vuelo a varios cazas pilotados por militares sublevados. La base fue cerrada momentáneamente el sábado porque, relató la misma fuente, “existía el temor de que algunos militares rebeldes pudiesen secuestrar algún otro avión”. Sin embargo, fue reabierta el domingo y, según EE UU, se han reanudado las operaciones de castigo contra el ISIS.

Foco de polémica

Incirlik, situada en la provincia sureña de Adana, ha sido una cuestión clave en las relaciones entre los Gobiernos de Washington y Ankara, ya que el primero solo consiguió del segundo el permiso para utilizarla en las operaciones contra el ISIS en Siria el año pasado después de meses de presión. Además de los 5.000 efectivos estadounidenses, en la base aérea se hallan varios cientos de militares británicos y de la aviación saudí, así como un contingente alemán que recientemente se convirtió en foco de polémica pues las autoridades turcas no permitieron a una delegación germana visitarlo en protesta por la reciente aprobación en el Bundestag de una moción de condena del genocidio armenio. A escasos kilómetros de Incirlik se encuentra también desplegada una misión del Ejército español encargada de varias baterías de misiles Patriot.

El futuro de Incirlik podría ponerse también sobre la mesa en otra cuestión clave en las relaciones turco-estadounidenses: la extradición del clérigo Fetulá Gülen, al que el Gobierno islamista de Turquía acusa de estar tras el golpe.