El Senado estadounidense rechaza endurecer la venta de armas
Las propuestas querían restringir el acceso a sospechosos de terrorismo y expandir los controles
Por ser propuestas demasiado agresivas para unos y débiles para otros, el Senado de Estados Unidos rechazó este lunes cuatro iniciativas que habrían endurecido el acceso a las armas. Las votaciones son una consecuencia de la matanza hace ocho días de 49 personas en una discoteca gay de Orlando y revelan la polarización del debate de las armas en EE UU. El impacto del peor tiroteo múltiple de la historia del país no ha logrado que, en un año electoral, las iniciativas avancen tras ya haber fracasado hace unos meses.
La Constitución estadounidense ampara el derecho al uso de las armas. Cualquier debate de reforma se libra en un difícil juego de equilibrios entre la protección de esa libertad, un mantra para el Partido Republicano, y el intento de evitar que las armas caigan en manos equivocadas que puedan cometer matanzas.
La última reforma significativa es de 2007, cuando se amplió la prohibición de venta de armas a personas con trastornos mentales y delincuentes. Con 321 millones de habitantes, se calcula que hay en EE UU unos 270 millones de armas de uso privado. Es la proporción más alta del mundo.
Dos de las propuestas de ley presentadas en el Senado, con mayoría republicana, buscaban impedir que personas investigadas por posibles lazos terroristas puedan comprar armas. La iniciativa demócrata prohibiría las ventas a personas que hayan estado en los últimos cinco años en la lista del FBI de sospechosos de terrorismo, lo que habría impedido que Omar Mateen, el autor del tiroteo de Orlando, se hiciera con el rifle militar que utilizó porque entre 2013 y 2014 fue investigado por el FBI.
La propuesta republicana era más limitada. Si una persona que aparece en ese momento en la lista de sospechosos de terrorismo tratara de comprar un arma, la tienda debería notificarlo al Gobierno, que podría bloquear la venta durante tres días hasta que un tribunal decidiera, en ese período, si aprobara la venta.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso lobby armamentístico, y coincide con una propuesta en esa línea de Donald Trump, el candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre.
Las otras dos enmiendas votadas fueron una demócrata que haría que en las ventas de armas a través de Internet o ferias también se efectuara un análisis de antecedentes del comprador. Y una republicana que aumentaría el presupuesto del departamento encargado de llevar a cabo esos antecedentes y tendría más en cuenta el estado mental del comprador.
Tras el fracaso de todas las propuestas, los senadores pueden tratar de llegar a un difícil consenso en los próximos días y presentar una versión más transversal. En cualquier caso, para convertirse en ley, cualquier propuesta aprobada por el Senado debe serlo también por la Cámara de Representantes, donde los republicanos también ostentan la mayoría. Una vez revalidada por ambas cámaras, se convertiría en ley con la firma del presidente Barack Obama.
Obama visitó el pasado jueves Orlando para rendir homenaje a las víctimas y urgir nuevamente al Congreso a endurecer las leyes. “Si no actuamos, seguiremos viendo masacres como esta porque decidiremos permitir que ocurran”, dijo.
Tras la muerte en 2012 de 20 niños y 6 adultos en una escuela de Connecticut, el presidente propuso extender el control de antecedentes, prohibir los rifles de asalto y limitar el número de balas. Hubo un intenso debate en el Congreso, pero las propuestas no lograron los votos suficientes.
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