“Espero que el asesinato de Jo Cox no se utilice en la campaña”
El eurodiputado conservador Andrew Lewer representa a la región con más partidarios del 'Brexit'
Contra el jefe y su propio puesto de trabajo. Cuando este jueves Andrew Lewer deposite una papeleta con una cruz junto a la palabra Leave —abandonar— en una urna del condado de Derbyshire, su gesto supondrá oponerse a la posición del líder de los conservadores, David Cameron, y apoyar el fin de la presencia británica en el Parlamento Europeo. Lewer, partidario del Brexit, conservador y eurodiputado en Bruselas, llevará a cabo esa doble conspiración contra el oficialismo de su partido y contra sí mismo tras un periodo de reflexión que reconoce complicado. "Tengo compañeros que siempre apoyaron salir de la UE y otros que bajo ninguna circunstancia querrían abandonarla, pero la mayoría de nosotros estamos en un punto medio".
Lewer (Burnley, 1971), nos recibe en su despacho de Bruselas con ojos enrojecidos. "El estrés de la campaña", bromea. Una conjuntivitis le acompaña en estos días previos a la votación, que para él transcurren entre continuas idas y venidas de Inglaterra a la capital belga. En uno de esos trayectos, cuando volvía a Reino Unido en tren, se enteró a través de internet del asesinato de la diputada laborista Jo Cox, que ha paralizado toda actividad en torno al referéndum. "Espero que no tenga ningún efecto. Coincido con las palabras del líder laborista Ed Miliband: esta tragedia no debería utilizarse en la campaña", razona un día después del suceso por correo electrónico el político inglés, que se declara "triste y conmocionado".
Representante de East Midlands, una región de cuatro millones y medio de habitantes que aparece como la más euroescéptica del Reino Unido en la encuesta de referencia de YouGov, el sentir mayoritario de su población se traslada también a los cargos electos: cuatro de sus cinco eurodiputados votarán a favor del Brexit. "No es como Londres, que mira más a Europa. East Midlands mantiene el carácter nacional", trata de explicar. Lewer superó esa encrucijada personal de tomar una decisión y decantarse hacia la salida de la UE espoleado por lo que considera una política inmovilista por parte de las autoridades europeas."Ni siquiera la perspectiva de la marcha de la segunda mayor economía de la UE ha despertado interés en ofrecer reformas de calado", lamenta.
La idea de que ser parte de la UE favorece la llegada de inmigrantes es uno de los puntos que más ha explotado la campaña a favor del Brexit. El líder del UKIP, Nigel Farage, desató la polémica esta semana al utilizar un gran póster que mostraba una larga fila de refugiados caminando bajo el lema "Punto de inflexión. Europa nos ha fallado". Para Lewer la solución pasa por abandonar el club comunitario e implantar un sistema más restrictivo: "Controlaríamos mejor la inmigración", sostiene.
Más allá de medidas concretas, el eurodiputado cree que los ciudadanos de las Islas no tienen lazos emocionales con Europa. Lewer ve impensable que la Reina Isabel II pronuncie un discurso de adhesión a Europa como el que oyó al monarca español en la Eurocámara el pasado año y recurre al idioma y la historia para destacar la especificidad británica. "Tenemos una lengua común con EE UU y Australia, una democracia que nunca ha sido fracturada por el fascismo o el comunismo, la última revolución fue en 1698 y la última vez que nos invadieron fue en 1066".
El encaje de Escocia
Ajenas a esas referencias históricas, los sondeos indican que Irlanda del Norte y Escocia apoyan ampliamente la permanencia entre los Veintiocho, lo que podría agravar el descontento que ya existe sobre su encaje en el Reino Unido. El eurodiputado se muestra confiado sobre la amenaza de que el Brexit derive en una nueva consulta de independencia. "Escocia puede usarlo como excusa para tratar de hacer otro referéndum, pero sospecho que el SNP no quiere otro tan pronto porque acaban de perder uno y saben que de repetirlo volverían a perder".
Los resortes que puede hacer saltar la marcha de Reino Unido de la UE son múltiples. Políticamente, peligra la continuidad de David Cameron al frente del Gobierno, y la fractura en el seno de los tories es una realidad. "El Partido Conservador ha sobrevivido más de 300 años por algo", resta importancia Lewer. En el plano económico, la Reserva Federal ha frenado una subida de tipos, el FMI no descarta la entrada del país en recesión y ha advertido de sus efectos negativos para el comercio, la inversión y la productividad, y el propio Banco de Inglaterra contempla una brusca caída de la libra esterlina. "Tiene consecuencias impredecibles a corto plazo, pero es la decisión de una generación", defiende Lewer.
De momento, esa elección no le ha costado ninguna amistad, aunque asegura que esta vez no celebraría la victoria con una botella de champagne como sí hizo cuando Escocia votó quedarse en Reino Unido. "Eso lo harán los del UKIP". Lewer solo se ve como un moderado que con el Brexit quiere dejar de compartir el sofá comunitario y decidir por sí mismo si abre la puerta cuando los inmigrantes llamen al timbre. "Uno de mis compañeros dice que es mejor tener un vecino feliz que un inquilino descontento".
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