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Bangladés arresta a 8.000 sospechosos en un operativo contra los islamistas

En los últimos tres años unas 40 víctimas han sido asesinadas por fundamentalistas

Familiares de un grupo de sospechosos de yihadismo detenidos intentan hablar con ellos este lunes en Dacca.
Familiares de un grupo de sospechosos de yihadismo detenidos intentan hablar con ellos este lunes en Dacca.AFP

La policía de Bangladés —donde 134 millones de habitantes profesan el islam, casi el 90% de la población— comenzó el viernes una gran campaña contra los fundamentalistas islámicos. Desde entonces ha arrestado a más de 8.000 sospechosos (entre los que los delincuentes son mayoría junto a algunos islamistas), y ha matado a cinco supuestos militantes de la organización terrorista Jama atul Mujahedden Bangladés. “Podrá tomar algún tiempo, pero si Dios quiere, vamos a poder controlar a los asesinos”, aseguró la primera ministra Sheikh Hasina, en una reunión de su partido, el laico Liga Awami. Desde hace tres años han muerto asesinadas casi 40 víctimas a manos de fundamentalistas y el Gobierno asegura que hará todo para vengarlos, aunque desde distintos sectores de la sociedad se cree que ha tardado mucho tiempo y algunos temen que no estén arrestando a los culpables.

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Los partidos en la oposición acusan al Gobierno de poner a sus adversarios políticos en la mira de este operativo, ya que muchos de ellos han sido detenidos. La propia policía ha aceptado que entre los detenidos, solo 37 son militantes islamistas y los demás delincuentes comunes.

Desde el 2013 casi 40 personas, incluidos blogueros laicos, activistas homosexuales y académicos, han sido asesinadas. La mayoría de ellas a la luz del día con armas muy básicas, como cuchillos, espadas y principalmente machetes. Los ataques no han sido asumidos por grupos locales, sino por las más mayores organizaciones terroristas: el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y Al Qaeda.

El Gobierno ha negado que ambos grupos pudieran estar detrás y acusa a los partidos en la oposición y los grupos islamistas locales de los ataques. El ministro de Interior, Asaduzzaman Khan, sugirió la semana pasada algún vínculo de Israel en lo que consideró una “conspiración internacional”. Israel aseguró que la acusación es una “completa tontería”.

Este mes ha sido especialmente sangriento. En lo que va de julio cuatro personas han sido asesinadas. El viernes pasado un trabajador de un templo hindú. La semana pasada un sacerdote hinduista, un vendedor cristiano y la esposa de un inspector de la policía antiterrorista a cargo de investigar las muertes a manos de los militantes. Según los analistas esta última muerte podría haber provocado la campaña nacional contra los fundamentalistas, ya que hasta ahora, a pesar de la gran presión social, los arrestos habían sido aislados. La policía anunció que el operativo que comenzó el viernes durará aproximadamente una semana.

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Los asesinatos empezaron en 2013, primero fueron blogueros y activistas laicos. Después continuaron con cualquier tipo de víctima que no comulgara con el islamismo extremista en Bangladés. Desde abril pasado, ha habido ataques a un profesor universitario que aseguraba no ser ateo, activistas por los derechos de los homosexuales, extranjeros, minorías cristianas e hindús. También están en riesgo musulmanes de otras sectas, cuya visión del islam sea menos fundamentalista.

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