Israel bloquea los accesos a Cisjordania tras el atentado palestino de Tel Aviv

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Israel dio el viernes una nueva vuelta de tuerca a las restricciones de movimientos impuestas a los palestinos tras el atentado que este miércoles causó cuatro muertos en Tel Aviv. El Ejército bloqueó todos los accesos a Cisjordania durante el primer viernes de Ramadán, aunque permitió que decenas de miles de fieles pudieran acceder al rezo de mediodía en la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén. La medida de seguridad se mantendrá en vigor hasta la medianoche del domingo.

La celebración musulmana coincidía con el inicio de la fiesta judía del Shavuot, en la que miles de personas acuden a orar ante el Muro de las Lamentaciones, situado al pie de la Explanada de las Mezquitas. El cierre de los puestos de control de Cisjordania solo será levantado para atender casos humanitarios, como la evacuación de enfermos graves.

Miles de miembros de las fuerzas de seguridad —policías, agentes de fronteras y soldados— se desplegaron en la Ciudad Vieja de Jerusalén y en las vías de acceso a Ramala y Belén (Cisjordania) para reforzar la vigilancia. Helicópteros militares sobrevolaron la zona, al tiempo que globos cautivos equipados con cámaras vigilaban desde el aire el desplazamiento de los fieles. A los varones palestinos menores de 35 años y mayores de 12 se les prohibió la entrada al recinto islámico, al igual que a los hombres de menos de 45 que no contarán con autorización especial. El Gobierno israelí canceló el jueves 83.000 permisos concedidos a palestinos para acceder a territorio bajo control israelí durante el Ramadán.

Celebraciones judías

El bloqueo de Cisjordania viene siendo una medida punitiva habitual durante la ola de violencia registrada en los últimos ocho meses. Las Fuerzas Armadas ya adoptaron esta decisión durante la celebración de la fiesta de la Pascua judía, en abril, y en la del Día de la Independencia, en mayo. Entre la noche de ayer y la del domingo los judíos celebran el Shavuot, la fiesta religiosa de las Primicias, que marca la cosecha de los primeros frutos.

El Gobierno ha respondido con mano dura al atentado perpetrado en un restaurante del centro de Tel Aviv. La policía ha detenido a sus dos autores, dos jóvenes palestinos, y a un tercero como cómplice, aún no identificado. Ambos pistoleros procedían de Yata, cerca de Hebrón (Cisjordania), donde se mantiene desde el jueves un férreo cerco militar sobre la población, que cuenta con 64.000 habitantes.

El Ejército solo ha dejado abierto un punto de acceso para casos humanitarios, y ha desplegado dos batallones con cientos de soldados en la zona. Varios familiares de los autores del tiroteo han sido arrestados, mientras soldados del cuerpo de Ingenieros han efectuado ya los preparativos para la demolición de la casa familiar de uno de los atacantes.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Raad Al Hussein, advirtió en Ginebra de que estas medidas pueden equivaler a un “castigo colectivo” prohibido por las leyes internacionales. El Departamento de Estado de EE UU y el Ministerio de Exteriores francés expresaron su preocupación ante el riesgo de que se dispare la tensión.