Un monje budista muere en otro asesinato con tintes sectarios en Bangladesh
El religioso, de 75 años, es el último de una larga lista de víctimas de los últimos meses
La ola de violencia sectaria que asola Bangladesh en las últimas semanas no cesa. Un anciano monje budista ha sido asesinado este sábado a machetazos en su pagoda en el sureste del país en una acción similar a las recientes agresiones selectivas cometidas por islamistas contra colectivos minoritarios, aunque las fuerzas de seguridad tienen abiertas otras líneas de investigación. Otras fuentes apuntan a que el monje fue degollado.
Mong Shwe U Chak, de 75 años, ha sido atacado por al menos dos agresores de madrugada en la aldea de Uppar Chak Para, del distrito de Bandarban, según ha explicado un alto mando policial consultado por Efe. "La víctima tenía heridas propias de un gran cuchillo en el cuello y la nuca. Creemos, por la información que hemos recogido, que el asesinato se produjo hacia las 05.00 hora local (una de la madrugada hora peninsular española)". El monje budista vivía desde hace un año y medio en un templo que había construido él mismo, era una persona respetada y, aparentemente, "no tenía enemigos" en el lugar, según ha precisado esta misma fuente.
La policía investiga ahora el móvil del asesinato y las pesquisas se centran en determinar si se trata de un asunto personal o una disputa por cualquier otra razón. "En esta parte de Bangladesh no operan grupos extremistas islámicos y no tenemos constancia de que hubiera amenazas", incide el responsable policial.
El de Shwe U Chak es el sexto ataque a machetazos contra colectivos minoritarios en Bangladesh desde principios de abril. Las víctimas anteriores son activista laico crítico con el fundamentalismo islámico, un profesor universitario ateo, dos personas vinculadas con la comunidad homosexual, un sastre hindú y un líder espiritual sufí. Este tipo de ataques selectivos comenzaron a extenderse en 2013 y, aunque en un principio tenían como objetivo a los conocidos como "blogueros ateos", el año pasado se intensificaron y ya han causado la muerte de más de unas veinte personas, entre ellos ciudadanos extranjeros y fieles de todo tipo de minorías religiosas. Algunas de las acciones han sido reivindicadas por la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio y otras por el grupo yihadista Estado Islámico.
Las autoridades políticas y policiales han responsabilizado, en cambio, a organizaciones extremistas autóctonas y han acusado a menudo a las principales fuerzas opositoras: el Partido Nacionalista (BNP) y Jamaat-e-Islami (JI). El Ejecutivo de Dacca niega, asimismo, que el Estado Islámico tenga cualquier tipo de presencia en el país. Este último partido, cuyo presidente Motiur Rahman Nizami fue ejecutado esta semana, está vetado actualmente de participar en elecciones y tiene a la cúpula acorralada judicialmente por crímenes cometidos durante la guerra de independencia de 1971, en la que Bangladesh se separó de Pakistán.
El 90% de los 160 millones de habitantes de Bangladesh son musulmanes y los hindúes constituyen la principal minoría y pequeñas comunidades de cristianos y budistas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.