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El yihadista holandés tiene tres caras, según los servicios secretos nacionales

El auge del salafismo está siendo vigilado porque en su versión extrema facilita la radicalización

Isabel Ferrer
Vídeo  quemuestra a Abu Muthanna al Yemeni (centro), cuyo nombre real es Nasser Muthana, de 20 años y originario de Cardiff (Reino Unido).
Vídeo quemuestra a Abu Muthanna al Yemeni (centro), cuyo nombre real es Nasser Muthana, de 20 años y originario de Cardiff (Reino Unido).AFP

El informe anual de los servicios secretos holandeses, presentado este jueves, dibuja el triple perfil del yihadista surgido dentro del país. Se trata, en primer lugar, de ciudadanos que han regresado de Siria e Irak, donde lucharon en las filas de Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Saben manejar armas y pueden sufrir diversos traumas psíquicos. El segundo grupo está formado por los frustrados que quieren viajar al mismo lugar, pero no lo consiguen. En la última fracción aparecen los que no piensan trasladarse, pero se muestran dispuestos a pelear dentro de Holanda. Todos ellos buscan armamento, “y las llamadas del ISIS y de Al Qaeda a perpetrar atentados a domicilio les sirve de estímulo”, aseguran los expertos.

El estudio calcula que una veintena de yihadistas holandeses pereció en 2014 en Siria e Irak. La cifra se duplicó en 2015. Por otro lado, hasta finales del pasado año, 230 radicales abandonaron su casa camino de ambos países. De éstos, al menos 150 (setenta eran mujeres) seguía allí en diciembre. En cuanto a los niños, un tercio de los setenta contabilizados ha nacido ya en uno de los dos países en conflicto. La mayoría de los adultos milita en las filas del ISIS, y el resto se ha sumado a la organización terrorista Jabhat Al-Nusra, la rama de Al Qaeda en Siria.

Según los servicios de inteligencia, los cuarenta yihadistas que han regresado “suponen un peligro potencial, pero los menores que han sido adoctrinados en Siria e Irak, y que han crecido en un entorno violento y antioccidental suponen un riesgo aún mayor”. El trabajo advierte asimismo de la posibilidad de sufrir ciberataques, “porque los yihadistas son cada vez más hábiles en este terreno”. Se habla incluso de que poseen una central que coordina estos asaltos, “porque el Gobierno, y también empresas del sector tecnológico, la energía y la salud han sufrido intentos de espionaje digital”.

El peligro del salafismo

También el crecimiento del salafismo a domicilio supone un riesgo. Este movimiento suní promueve el retorno a los orígenes del islam, “y actúa como un polo de atracción para los que buscan la versión más pura de la religión". Aunque no todos sus seguidores suponen un peligro, “el mensaje antidemocrático de algunos de sus propagandistas puede desembocar en el yihadismo”.

En el panorama general europeo descrito por el informe, se cita la rivalidad entre ISIS y Al Qaeda como uno de los factores que contribuyen a aumentar el riesgo de atentados. “Para Al Qaeda es importante recuperar pronto el prestigio perdido, y puede recurrir a los asaltos”, dice el texto. La guerra en Siria e Irak, el enfrentamiento entre Turquía y los kurdos, la desintegración estatal de Libia, los atentados en Túnez y Egipto, la mala relación con Rusia, y las tensiones derivadas del flujo de más de un millón de refugiados, conforman lo que los especialistas holandeses denominan “cinturón de inestabilidad alrededor de Europa”.

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