Joseph Medicine Crow, héroe de guerra e historiador indio
El antropólogo fue condecorado por sus hazañas durante la Segunda Guerra Mundial
Joseph Medicine Crow lucía el mismo uniforme que sus compañeros del Ejército estadounidense. No llamaba la atención. Combatían en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. El uniforme ocultaba algo que le distinguía del resto: su cuerpo estaba pintado con símbolos de guerra de la tribu india a la que pertenecía y llevaba una pluma en el interior de su casco. Era un ejemplo de su filosofía vital: tratar de compatibilizar su origen de americano nativo con la integración en el modo de vida blanca dominante en Estados Unidos.
Medicine Crow murió el pasado domingo, a los 102 años. Vivía en una reserva con cerca de otros 7.000 indios en Montana. Fue el último jefe de guerra de su tribu, los crow, y el primero en obtener una licenciatura en Sociología y Psicología y un máster en Antropología.
En 2009 el líder indio recibió en la Casa Blanca la Medalla de la Libertad, la mayor condecoración civil del país. El presidente Barack Obama lo describió como “un luchador y una leyenda viva” que era un “símbolo de fortaleza y supervivencia” por sus contribuciones militares, éxitos educativos y actividades a favor de la preservación cultural. Sus acciones militares le reportaron la Estrella de Bronce estadounidense y la Legión de Honor francesa.
Comunicado de Obama
Tras anunciarse su muerte, Obama definió a Medicine Crow como un bacheitche, “un buen hombre” en el lenguaje nativo. “Dedicó gran parte de su vida a compartir las historias de su cultura y su gente. Al hacerlo, ayudó a dar forma a una historia de América más completa para todos”, subrayó el presidente en un comunicado.
El historiador Herman J. Viola conocía bien a Medicine Crow. Hace 45 años iniciaron una estrecha colaboración: Viola, que trabajaba en los Archivos Nacionales de EE UU, verificaba la autenticidad de la historia oral sobre los Crow que le habían contado a Medicine Crow sus antecesores. Medicine Crow designó a Viola como su “hermano”. Hicieron viajes juntos y escribieron cuatro libros sobre la cultura india.
Viola, que es comisario emérito del Museo Nacional de Indios Americanos, con sede en Washington, vio hace un año por última vez a Medicine Crow. “Era una persona extraordinaria”, dice en una entrevista telefónica. “Nadie puede tener ese conocimiento de la comunidad india americana. Era absolutamente único”, añade. Viola destaca su capacidad para recordarlo todo, incluso a sus 90 años, su ironía y lo describe como una persona “muy especial, humilde y generosa”.
Medicine Crow era, según Viola, un adelantado a su tiempo. Entendió que, para preservar la identidad india, era clave relacionarse con la población blanca y su modo de vida hegemónico pese a que originariamente esa población había reprimido a la indígena y arrebatado sus tierras. “Intentó ser un puente entre dos mundos”, explica. “La gente india lo respetaba. En el mundo blanco, todo el mundo admiraba su educación”.
Cronista oficial de los crow
Medicine Crow nació en Lodge Grass (Montana) en 1913 y creció en una reserva con sus abuelos. Al ser criado por ancianos que habían vivido libres, se sumergió en el estilo de vida que tenían los indios antes de ser confinados en reservas a mediados del siglo XIX. Los ancianos le inculcaron costumbres, creencias y valores, como el orgullo bélico, y él se convirtió en el historiador oficial de los crow.
Era la última persona viva que había tratado con supervivientes de la batalla de Little Bighorn, en la que guerreros cheyennes y sioux aniquilaron a las tropas del comandante blanco George Armstrong Custer, incluido el propio Custer.
Medicine Crow asistió a una escuela mixta. Con 10 años, no sabía leer pero perseveró hasta lograrlo bajo el convencimiento de que solo con educación podría ser tratado con respeto por los blancos. Tras graduarse en la universidad en 1939, se alistó al Ejército, algo que no era infrecuente, tampoco ahora, entre la comunidad india.
Aprovechó la Segunda Guerra Mundial para completar los hitos necesarios para ser designado un jefe de guerra crow, entre ellos capturar un caballo enemigo —tarea que cumplió con creces: arrebató a los nazis 50 monturas—, tocar a un enemigo sin matarlo y arrebatarle una de sus armas.
Tras la guerra trabajó para el Departamento de Asuntos Indios. Durante el día se vestía con traje y corbata. Pero al salir a las 5 de la tarde, “me convertía en un indio”, explicó. Medicine Crow fue un activo divulgador cultural. Hablaba en escuelas y universidades y en 1999 lo hizo en la sede de la ONU.
Nunca, dice Viola, hizo activismo contra los abusos de los blancos a los indios. Miraba al futuro, no al pasado: “[Quería] demostrar a todo el mundo que vamos al mismo sitio tras la vida, que estamos todos juntos aquí y que si trabajamos juntos podemos hacer mejor el mundo”.
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