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El expresidente George W. Bush acude en ayuda de su hermano Jeb

"Mi hermano está preparado para ser presidente", dice W en Carolina del Sur ante más de 1.300 personas

George W. Bush (izquierda) y Jeb Bush. E. S. LESSER EFE
Yolanda Monge

George W. Bush ha vuelto. Acudió en la noche de este lunes al rescate del hombre que comenzó su carrera por la Casa Blanca queriendo distanciarse de su hermano mayor para evitar desagradables asociaciones con la guerra de Irak o la brutal recesión económica que dejó como legado. Pero los caucus, primarias y sondeos pintan mal para Jeb Bush y la dinastía puede ayudar a frenar la hemorragia de votantes. “Estoy aquí porque me importa mi país y me importa mi hermano”, ha declarado W en Carolina del Sur.

Atrás quedaba la declaración de intenciones efectuada por Jeb Bush al iniciar el largo maratón que supone la conquista de la nominación presidencial. “Voy a ser yo mismo y mis puntos de vista van a estar determinados por mi propio pensamiento”. La semana pasada en New Hampshire fue mamá Barbara. Esta noche de lunes era el turno del último Bush que conquistó la Casa Blanca. El anterior, a los 90 años, tiene una salud demasiado frágil como para acudir a mítines y movilizar a los votantes.

Durante los minutos que estuvo en escena, George W. Bush hizo suyo el recinto, en el que había más de 1.300 personas, número desconocido para cualquier mitin de Jeb Bush hasta el momento. Desenfadado y con su particular sentido del humor -también tocado por la edad, envejecido a sus casi 70 años-, el último presidente republicano de EEUU desgranó las razones por las que su hermano menor debía de ser el próximo comandante en jefe del país. Entre otras, porque consideraba que “la persona más fuerte no es siempre la que más grita”. Esta fue una de las referencias veladas a Donald Trump, quien ha elevado a lo grotesco y burlón el debate en el campo republicano con ataques especiales contra los Bush.

George W. Bush dijo ser consciente de que la campaña electoral en el lado republicano estaba subiendo de tono, pero manifestó que, como su padre le dijo, “las etiquetas son para las latas de sopa”. El hermano mayor elogió al pequeño y recordó los dos mandatos al frente del Estado de Florida que Jeb sirvió como Gobernador. “Para ser presidente hay que tener experiencia, mano firme y estar preparado para lo inesperado”, dijo W. “Mi hermano lo está”.

Tras decir que “cuando un presidente de EEUU habla, el mundo escucha”, George W. Bush insistió en la necesidad de tener “un presidente que entienda la realidad de las amenazas que enfrentamos”. “Necesitáis un candidato que pueda ganar en noviembre”, dijo George W. Bush en North Charleston. “Jeb lo es”.

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En el año 2000, Carolina del Sur salvó a George W. Bush y catapultó su nominación después de perder en New Hampshire frente a John McCain. Hoy día, con los donantes nerviosos y tentados de cambiar de bando, la aparición en escena de George W. Bush, muy popular entre las bases republicanas, está diseñada para atraer a la importante población militar y de veteranos que pueblan ese Estado.

“Estoy muy orgulloso y me siento muy honrado por el hecho de que venga”, declaró Jeb Bush, 63 años, la semana pasada cuando se anunció el evento. “Esta es la primera vez que va a participar en la escena política desde que fue presidente. Creo que habrá mucho interés por lo que tenga que decir”, apuntó el exgobernador.

Cierto. A diferencia del expresidente Bill Clinton, quien parece nacido para ser un animal político en campaña, George W. Bush, 69 años, no ha hecho una aparición pública de este tipo desde que se retiró a Texas al concluir su presidencia, de lo que hace ya cerca de 10 años. Es verdad que ha grabado un par de mensajes electorales, ya sea para su hermano Jeb o para el anterior aspirante republicano a la Casa Blanca Mitt Romney. También es correcto que ha dado algún que otro discurso y hablado o aparecido en radio o televisión. Pero eso es todo.

Lo que este lunes, Día de los Presidentes en Estados Unidos, tuvo que decir George W. Bush se miró con atención. Bush no respondió mas que con frases veladas a los ataques efectuados el sábado pasado por Donald Trump, quien ha hecho casi una costumbre la de atacar a Jeb con su hermano George. Trump calificó a George W. Bush en el último debate republicano de mentiroso, de haber metido al país en una guerra con argumentos falsos -las famosas inexistentes armas de destrucción masiva de Irak-, de haber gastado miles de millones de dólares en una guerra y del hecho de que los atentados terroristas del 11 de Septiembre sucedieran bajo su mandato.

George W. Bush habló esta noche del 11-S. Declaró que tras asumir la presidencia se convirtió en lo que no desea ningún presidente, ser un presidente de guerra.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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