El pasado 2 de enero, un grupo de unos pocos cientos de rancheros armados acudieron al pequeño pueblo de Burns, en una zona remota entre Oregón y Nevada, en apoyo a una familia de rancheros locales que debían ingresar en prisión por quemar pastos ilegalmente en un terreno de propiedad federal (Washington). Al frente de este grupo estaban Ammond y Ryan Bundy, hijos de Clive Bundy, de 74 años, un ranchero de Nevada que ya desafió al Gobierno en una acción parecida en 2014.
El grupo ocupó un refugio en un parque natural propiedad del Gobierno federal y se atrincheró allí en un desafío armado con raíces en décadas de conflicto en el Oeste de Estados Unidos sobre la propiedad de la tierra. Los rebeldes niegan la autoridad del Gobierno federal, solo reconocen al sheriff local y creen en una forma extrema de libertarismo que, según su interpretación, es la verdadera esencia de la Constitución.

A pesar de los llamamientos públicos de las autoridades de Oregón, del pueblo de Burns y de los vecinos, los Bundy y un grupo de acólitos que se fue reduciendo a menos de un centenar según pasaban las semanas permanecieron en el refugio en abierto desafío a las autoridades. El FBI decidió actuar el pasado 26 de enero, al detener a Ammon y Ryan Bundy y otras cuatro personas cuando se dirigían a una charla en un pueblo cercano. En la persecución murió tiroteado Robert LaVoy Finnicum, que actuaba como portavoz del grupo.
A partir de ese momento, los que permanecían armados en el interior del refugio se dividieron entre quienes querían salir de forma pacífica e irse a casa y quienes consideraban que estaban en guerra con el FBI y Washington. El miércoles por la noche solo quedaban cuatro personas en el interior. El juez que envió a prisión a los 16 detenidos por estos hechos dijo que el hecho de que continuara la ocupación era un impedimento para dejarlos en libertad con cargos.
Mientras, el miércoles por la noche fue detenido en Portland, la ciudad más grande de Oregón, Clive Bundy, padre de los líderes de la protesta e inspirador de este movimiento extremista. Su detención provocó la rendición final de este jueves.
Los cuatro son Sean Anderson, Sandra Lynn Pfeifer Anderson, Jeff Wayne Banta y David Fry. Los tres primeros anunciaron su rendición por la noche. El jueves por la mañana se entregó finalmente Fry, de 27 años, que no estaba de acuerdo con los otros. En una conversación telefónica con algunos seguidores y colgada en Internet decía: “Estoy ahora mismo apuntando a mi cabeza, estoy cansado de vivir (…) Probablemente vais a tener que ver cómo me matan o me mato”.