Los milicianos atrincherados en Oregón se entregarán tras 40 días
Los cuatro rancheros han tomado la decisión después de que el FBI rodeara la zona
Un grupo de milicianos armados que ocupan desde hace 40 días unas instalaciones del Gobierno en un parque natural de Oregón (en el oeste de EE UU) ha prometido abandonar este jueves el refugio, después de que el FBI rodeara la zona y los forzara a negociar. Tras horas de tensas negociaciones transmitidas en directo y seguidas por miles de personas en Internet, los cuatro milicianos que aún resistían en las instalaciones aseguraron que abandonarán el refugio desarmados a las 08.00 horas locales (16.00 GMT, 17.00 en la España peninsular).
La ocupación comenzó el pasado 2 de enero, cuando un grupo de milicianos armados tomó un edificio de la reserva natural de Malheur en Oregón como parte de una protesta en apoyo a dos rancheros condenados por realizar quemas sin permiso en un terreno rural del Gobierno. Pronto se les unieron personas de todo el país, pero el pasado 26 de enero, el líder de los amotinados, Ammon Bundy, fue detenido por agentes federales y pidió a sus seguidores que abandonasen el lugar.
Según el diario local The Oregonian, las cuatro personas que siguen en el refugio son David Fry, de Ohio; Jeff Banta, de Elko (Nevada) y el matrimonio formado por Sean y Sandy Anderson, de Riggins (Idaho).
Después de semanas de tensión que incluso llevaron a la muerte del portavoz de la milicia, Lavoy Finicum, en un enfrentamiento con agentes del FBI (Buró Federal de Investigaciones), esa agencia federal decidió este jueves sitiar la zona donde los milicianos estaban acampados en la reserva natural. "El FBI ha tomado medidas para controlar a los ocupantes que quedan, al situar agentes en barricadas inmediatamente delante y detrás del área donde están acampados. Las negociaciones continúan. No ha habido disparos", indicó la división del FBI en Portland (Oregón), en un comunicado.
Un activista llamado Gavin Seim publicó en YouTube una grabación de audio en directo del cerco, en la que puede oírse a una mujer que se identifica como Sandy Anderson gritar: "¡Por favor, no nos dejen morir en vano esta noche! ¡Si nos disparan y nos matan, esto va a ser una revolución!".
Michele Fiore, una legisladora estatal de Nevada que hace dos años apoyó al padre de Bundy en una disputa con el Gobierno, se ofreció a actuar de negociadora entre los milicianos y el FBI, y sugirió a los ocupantes que abandonaran el refugio juntos. "No les estoy pidiendo que se rindan", dijo Fiore a los ocupantes por teléfono mientras se dirigía al refugio en automóvil, un trayecto que le llevaría unas cuatro horas.
Sandy Anderson aseguró a Fiore que no abandonarían el refugio sin sus armas, mientras que su esposo reclamó que se retiraran los cargos que el Gobierno federal presentó la semana pasada contra los cuatro por supuestas "amenazas" a funcionarios gubernamentales.
Al cabo de un tiempo, Sean Anderson anunció que los cuatro abandonarían el refugio a las 8 de la mañana del jueves si se les permitía encontrarse con Fiore y con el evangelista Franklin Graham. "No nos estamos rindiendo, nos estamos entregando. Va en contra de todo lo que creemos pero vamos a hacerlo", aseguró Sean Anderson, y precisó que dejarán las armas en sus vehículos antes de acercarse a las barricadas que mantienen los agentes federales. El FBI no ha confirmado que haya un acuerdo para que los milicianos abandonen el refugio tal y como aseguró Anderson.
Cinco horas después de comenzar la transmisión en vivo por internet, a la que llegaron a conectarse 60.000 personas según The Oregonian, los milicianos, que en varias ocasiones interrumpieron la negociación para rezar, cortaron la conexión para dormir durante unas horas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.