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Grecia se alía con Israel en energía y seguridad

Las ingentes reservas de gas de la región acercan a los dos Gobiernos

Juan Carlos Sanz

Apenas dos meses después de su última visita a Israel, el griego Alexis Tsipras regresó este miércoles a Jerusalén acompañado esta vez por seis de sus ministros. El acercamiento entre el Gobierno del primer ministro izquierdista, heredero de una larga tradición de apoyo a la causa palestina en Grecia, y el Gabinete ultraconservador de Benjamín Netanyahu, que se resiste a aplicar la solución de los dos Estados en Tierra Santa, no obedece a razones ideológicas, sino a los intereses estratégicos de ambos países en el Mediterráneo oriental.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu (derecha), y su homólogo de Grecia, Alexis Tsipras, en Jerusalén.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu (derecha), y su homólogo de Grecia, Alexis Tsipras, en Jerusalén.ATEF SAFADI (EFE)

La reunión de alto nivel celebrada por los dos Gobiernos expresa la consumación de una realpolitik en torno a las ingentes reservas de gas de la región del Levante que culminará este jueves su escenificación en Nicosia, donde Tsipras y Netanyahu se han dado cita con el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, con el objetivo de sellar un acuerdo para tender gasoductos hasta Europa.

“Vivimos en una región cada vez más volátil e inestable y amenazada por el islamismo extremista. Creo que seremos mucho más fuertes si afrontamos juntos esos retos”, ofreció Netanyahu a Tsipras. En la agenda de las conversaciones celebradas en Jerusalén figuraba, además, una amplia lista de cuestiones bilaterales, desde el turismo al transporte marítimo, pasando por la cooperación económica y medioambiental —fue el propio Tsipras quien pidió el año pasado ampliar el diálogo bilateral al máximo—, pero la energía y la seguridad siguen siendo las cuestiones clave de este matrimonio diplomático de conveniencia.

Israel cuenta con varios yacimientos de gas en su zona de influencia económica marítima. Dos de ellos contribuyen a consolidar su independencia energética, mientras que un tercero, denominado Leviatán, generará unos grandes excedentes cuando entre en explotación.

Cerca del campo Leviatán, pero en aguas bajo control chipriota, el yacimiento Afrodita también dotará a la isla de independencia energética. Una doble conexión de las reservas de Israel y Chipre permitiría aumentar el flujo de las exportaciones de gas hacia Europa. Aunque la vía más directa pasa por Anatolia, la congelación de las relaciones entre los Gobiernos turco e israelí tras el asalto a la flotilla de Gaza en 2010, y sobre todo la partición de la isla desde 1974, dificultan, por ahora, esta opción. Israel ha ofrecido también a Grecia tender un cable submarino de conexión eléctrica entre las redes de ambos países.

El Gobierno de Atenas también ha aprovechado el alejamiento entre turcos e israelíes para ofrecer a la aviación de combate del Estado judío una zona de entrenamiento sobre su espacio aéreo, en sustitución de sus anteriores campos de maniobras en Anatolia. A cambio, las Fuerzas Armadas de Israel proporcionan actualización tecnológica para mejorar los anticuados aviones griegos y comparten información de inteligencia militar.

El acercamiento de Grecia a Israel ya ha tenido consecuencias en la política de Atenas sobre el conflicto palestino. El ministro de Exteriores, Nikos Kotzias, comunicó al Gobierno israelí que su país no aplicará la directiva sobre etiquetado de origen de los productos importados desde territorios ocupados por Israel (Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán) impuesta por la UE.

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En una tribuna de opinión publicada este miércoles en el diario Haaretz, el exministro de Exteriores palestino Nabil Sahaat se preguntaba si Grecia “acabará traicionando a Palestina” por intereses económicos coyunturales después de más de 70 años de haber apoyado su causa. “Siempre estaremos agradecidos a Grecia por haber acogido en 1982 a Yasir Arafat y a sus fuerzas después de ser evacuados de Beirut tras un largo asedio de Israel”, recuerda Sahaat. “Pero los cambios económicos no deberían modificar la ley internacional, la justicia y los derechos humanos”. En una sesión a la que asistió el líder palestino, Mahmud Abbas, el Parlamento griego votó el pasado diciembre a favor del reconocimiento del Estado de Palestina.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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